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Capítulo 38 - Rompiendo lazos inexistentes.

Gustav se dirigió a la estación de autobuses más cercana y viajó de regreso a la casa de sus padres.

Como era de esperar, solo tomó unos cinco minutos antes de llegar a la parada más cercana a la casa de sus padres.

Gustav caminó por la calle treinta y cuatro en dirección a la zona residencial.

En unos minutos, llegó a una casa que ocupaba el séptimo lugar en la fila de casas en esta área.

La diferencia entre esta calle y la nueva en la que estaba ubicado su apartamento era que este lugar estaba mejor construido a pesar de que solo se podían ver casas tipo bungalow. Era obvio que esta parte de la ciudad estaba más en el lado urbano.

Gustav no perdió tiempo y caminó hacia la casa. Miró a los alrededores y notó que el auto de su madre no estaba estacionado al frente, lo que significaba que ella aún no estaba en casa.

Gustav, que sabía dónde estaba la llave, fue a buscarla.

Abrió las puertas y entró directo a la habitación en la que pasó diez años encerrado.

No perdió el tiempo recogiendo su ropa del armario colocado detrás de su bañera.

Sacó un dispositivo de almacenamiento que era un poco similar al que le quitó a Hung Jo.

Un tipo de botón. Se había deshecho del dispositivo de almacenamiento de Hung Jo hace mucho tiempo. No quería que nadie lo rastreara hasta él.

Gustav puso la ropa en el dispositivo de almacenamiento después de activarlo.

Se dio la vuelta para salir de la habitación, pero se detuvo cuando llegó a la puerta.

Se dio la vuelta y observó la habitación.

Caminó hacia la bañera en la que había estado durmiendo durante años y colocó su mano sobre ella.

Frotó el borde ligeramente, "No te extrañaré"

Se dio la vuelta después de murmurar esas palabras y salió de la habitación.

Gustav caminó por el pequeño pasillo y se dirigía hacia la puerta cuando sintió algo.

Kom! Kom!

Podía escuchar el sonido de pasos que venían del exterior.

"Parece que han llegado", murmuró Gustav cuando la puerta se abrió.

Entraron dos personas.

No eran otros que la madre de Gustav y su hermano menor, Endric.

Se quedaron mirando a Gustav, que venía del pasillo del otro lado por un momento antes de dirigirse hacia el sofá para sentarse.

Ignoraron a Gustav que siguió caminando hacia la puerta.

"¡Esta basura! ¡Sabes que tu hermano no ha regresado a casa a tiempo y ni siquiera mostraste ninguna preocupación!" La madre de Gustav gritó con una mirada torcida.

"Madre, ¿por qué te molestas en iniciar una conversación con él?" Endric cruzó las piernas con estilo mientras hablaba con voz fría.

Gustav había detenido sus pasos después de escucharlos hablar.

"La basura tiene que servir para algo al menos... ¡que muestre preocupación!" La madre de Gustav habló una vez más.

"¡Oye, inútil, mi único hijo recibió una beca para asistir a la academia MBO para jóvenes mestizos y ahora está recibiendo entrenamiento personal de un mestizo clasificado como Echo!" La madre de Gustav agregó con una mirada orgullosa.