Capítulo 75

Depuis le début
                                    

—Feliz aniversario, nena—

—Feliz aniversario, cucciolo—

—¿Lista?—

Asiento, para tomar mi bolso junto a mi abrigo y sosteniendo la mano de mi esposo, ambos bajamos hacia la sala donde puedo escuchar unas pequeñas carcajadas que nos sacan una sonrisa.

Cuando llegamos al espacio, sonrío aún más mientras que el corazón se me hincha de amor al ver a Desmond y Stefan gateando por todo el tatami de fomi que compramos cuando comenzaron a gatear. En el momento en que me ven, mis hijos se apuran a gatear en nuestra dirección a la par que mi padre, Yerik y Aslan— quién estaba de visita —los siguen de cerca para que no se golpeen con algo o se lastimen.

Me agacho para tomar a Desmond en mis brazos mientras que mi marido, toma a Stefan en los suyos. Pego a mi hijo quién tiene el mismo rostro de su padre, pero con los ojos negros antes de llenarle la cara de besos, se ríe a carcajadas lo que me llena más de amor.

No había un amor más puro y sincero que el de las madres a sus hijos.

Y podría corroborarlo cientos de veces, si me lo pidieran.

—Mi pequeño engendro de mamá...— le hablo en tono cariñoso, sus ojos me miran con amor puro, lo alzo un momento en el aire— ¿Quién te ama, cariño?—

—Ma...—

—Sí, mi amor— beso su mejilla— mami, te ama—

—Y papi, también—

—Ajá, pero más mami— refuto ante las palabras de mi esposo, resopla por lo bajo antes de echarse a reír. Jugando un ratito con Stefan, miro a Aslan— ¿Estás seguro de que querer cuidar a los niños? Puedo llamar a la niñera, sí...—

—Cuñada, los engendros y yo, estaremos bien— responde mi cuñado, me guiña el ojo para tomar a los gemelos en sus brazos— aparte, estos hombrecitos y yo, ya tenemos planes para esta noche, ¿no es así, engendros?—

Los bebés responden con pequeños balbuceos mezclados con sonrisas, moviendo sus manos como si estuvieran aplaudiendo, eso nos saca una sonrisa a todos antes de que Aslan, asienta en nuestra dirección.

—Estén tranquilos, los tres estaremos bien. No quiero que vayan a llegar tarde a su cena de aniversario mezclado con negocios, malditos locos—

—En nuestra defensa, ninguno de los dos recordaba que esta semana era nuestro aniversario— responde mi esposo— así que, tenemos que mezclar el placer con los negocios, porque los Ventura, solamente están dispuestos a escucharnos una sola vez—

—Lo comprendo, espero que no vuelvan hasta más tardar mañana en la mañana—

—Hermano...—

—Xander, necesitan un momento de pareja. Han estado ocupados con el trabajo, los arreglos y con los niños— nos guiña un ojo, sonríe mirando a sus sobrinos antes de colocarlos de nuevo en el tatami de fomi grueso— merecen pasar su aniversario a lo grande, mis sobrinos estarán bien—

—¿Seguro?— inquiero.

—Seguro, cuñada. Aparte, soy mejor niñera que el cabrón de Salvatore—

—Ni me lo recuerdes que casi nos mata del susto, cuando nos llamó a decirnos que uno de los gemelos no aparecía— refuta Xander, rodando los ojos. Me río por lo bajo— fue cuando los gemelos, comenzaron a gatear—

—No quiero imaginarme que será cuando comiencen a caminar— digo, se ríen. Miro el reloj de mi muñeca— amor, será lo mejor es que nos vayamos...—

El amor del ZarOù les histoires vivent. Découvrez maintenant