Parte sin título 23

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He regresado y no estabas. Entré por el puerto, subí la calle de Santa Rosa, fui al mercado, te busqué también ahí, pregunté; era lo que esperaba.

Soy ya un hombre solo en el mundo, un árbol ha sido arrancado en sus raíces. Ya no regresaré, no tengo a qué, dejo esta nota debajo de lo que era la casa, afuera, bajo una piedra, esperando que también la sal y el viento, la humedad la desaparezcan. Cumplí mis sueños madre, pero fueron amargos, pagué con sobre precio lo que me había pactado, tan solo pesares me he causado.

Regreso al mar, espero perder allá todo justo como aquí en la tierra lo he perdido. Espero que también esto, al pisar el maderamen de cualquier otro puerto,  ya muy lejos de aquí, me ponga a salvo de las nostalgias. Regreso al mar como un hombre que lo ha perdido todo, mas a pesar que salvo todos los días el pellejo, ahora no, ya no, me adentro a sus profundas fauces de calamidad, entregado, como dice Quirino, en un signo de profunda irritación, buscando la lanza para poner el costado,  asesinándose abiertamente y profundamente airado.

Dejo la casa como está, nadie ha regresado, jamás ya nadie la visitará.

Libro del naveganteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant