39. La Junta de Gobernadores y el Winzegamot tienen que tomar decisiones

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<<Sola llegaré antes, pero juntas llegaremos más lejos...>>




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Mientras Harry disfrutaba de Yule y Navidad con su nueva familia, la Junta de Gobernadores se reunía casi cada día para tomar decisiones y buscar soluciones.
Con toda la información que habían recabado tras su exhaustiva investigación había quedado al descubierto ciertas carencias en Hogwarts. Necesitaban hacer varías contrataciones y también cambiar ciertas cosas que no estaban funcionando.

La primera medida a tomar fue firmar el despido permanente de Albus Dumbledore.
Minerva tampoco volvería a ser la subdirectora ya que sabía lo que estaba haciendo el director y no había informado a la Junta.

Contrataron a Linux Blair para ejercer el puesto de subdirector, el mago se encargaría de la parte administrativa del colegio, es decir todo el papeleo aburrido.

La Junta al completo habían votado para que Filius Flitwick fuera el nuevo director, pero el jefe de Ravenclaw había rechazado el puesto, alegando que prefería seguir siendo profesor y estar cerca de los alumnos.

Sus siguientes medidas fueron contratar a un rompemaldiciones, para eliminar la maldición del puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras, y
a un profesor para ocupar dicho puesto.
No había muchas solicitudes para el puesto, pero una de ellas resaltaba sobre las otras, la de Kingsley Shacklebolt.
El auror había incluido su impecable expediente como auror en la solicitud,  además de una carta explicando sus razones para solicitar el puesto de profesor.
Tras leerla, ninguno de los miembros tuvo la más mínima duda de que Shacklebolt era la persona más indicada para enseñar a las nuevas generaciones.

También contrataron un nuevo profesor de Historia, un squib al que le encanta enseñar. Esa, aunque  ninguno de ellos lo sabía todavía, fue una de las mejores decisiones que tomaron esa tarde, ya que Ignotus Williams era un excelente y entusiasta profesor que captaría la atención de los alumnos desde el primer día.
El aula de Historia de la Magia ya no volvería a ser un lugar para dormir o hacer ensayos de otra materia.

Para finalizar tuvieron que tomar la decisión más importante: elegir un nuevo director.
Mitchell Buchanan fue el elegido tras varias reuniones con los magos y brujas que habían pasado la selección inicial.

Mitchell Buchanan era el último descendiente del famoso clan Buchanan de los Sagrados Veintiocho. Provenía de una larga saga de guerreros y aurores. Él mismo tenía una maestría en Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque se había decantado por la enseñanza.
Había comenzado su carrera como profesor de una pequeña escuela mágica en Italia, y unos años después le habían ofrecido el puesto de director, puesto que había ejercido durante diez años hasta que dimitió en favor de una gran profesora.
Mitchell había viajado durante dos años antes de aceptar un nuevo puesto de director en una escuela de magia en Estados Unidos.
De eso hacía casi veinte años, pero una vez más, Buchanan había dimitido de su puesto en favor de otro gran profesor.
Ahora se enfrentaba a un nuevo reto: dirigir una escuela mágica mucho más grande de lo que estaba acostumbrado.

Y mientras los miembros de la Junta de Gobernadores tomaban decisiones pensando en lo mejor para Hogwarts y sus alumnos, Albus Dumbledore se enfrentaba a las consecuencias de sus actos.

El Winzegamot tenía las pruebas necesarias para juzgarlo, y aunque no fueron suficientes para condenarlo a Azkaban, ya que todavía contaba con los suficientes amigos entre los miembros, si lo fueron para hacer que perdiera su puesto no solo como director sino también como Jefe Brujo.
En cuanto el antiguo director puso un pie fuera del Ministerio una lechuza le entrego una carta, y con ella más malas noticias.
La Confederación de Magos le comunicaba su destitución como presidente.

Al día siguiente del juicio, la prensa se dio un festín a costa del ex director.
El Profeta había publicado la larga lista de pecados de Dumbledore.
El viejo manipulador había perdido toda su credibilidad y ya no tenía ningún poder en el mundo mágico. Por una vez, la justicia había ganado.

Mientras todo el mundo mágico maldecía y criticaba a Dumbledore mientras se enteraban de las fechorías del antes aclamado mago, el antiguo director estaba sentado en la mesa de su cocina mirando con rencor al Profeta sobre la mesa.
Su vida estaba acabada. Lo único que le quedaba ahora era retirarse a un lugar donde nadie lo conociera y morir solo cuando le llegara al momento.

Albus se quedó allí sentado durante horas, pensando en cuando y cómo había empezado todo a derrumbarse.
Todavía no podía entender cómo se le había ido todo de las manos.

En la mansión Zabini, Thadeus e Isabella habían despertado a los chicos en cuánto habían leído el Profeta para contarles las buenas noticias: Dumbledore estaba fuera de sus vidas para siempre.

El Profeta también había publicado un artículo anunciando nuevas contrataciones en Hogwarts.
Los tres niños se centraron más en la segunda noticia, por muy felices que estuvieran de tener al ex director bien lejos, los nuevos profesores los tenían muy intrigados. Y los tres esperaban firmemente que al menos uno de esos nuevos profesores fuera para Defensa o Historia de la Magia.

Lo que el Profeta no había publicado era que el profesor Quirrell había aparecido muerto en su dormitorio poco después de que los alumnos hubieron abandonado el castillo.
El cuerpo había sido encontrado por una pareja de aurores. Los profesores habían denunciado la desaparición del profesor Quirrell tras no aparecer en las comidas desde hacía un par de días.
Los aurores tras confirmar que estaba muerto, llamaron a los inefables, quienes se llevaron el cuerpo para investigarlo.
Fue una sorpresa para ello cuando descubrieron que el cuerpo de Quirinus Quirrell había albergado a Voldemort durante meses.

Los inefables buscaban ahora respuestas a cómo Voldemort había sobrevivido esa noche.
Lo único que podría explicar es que el temible mago hubiese hecho algún tipo de magia del alma, algo tan horrible como un horrocrux.

Aunque solo era una teoría por el momento, eso no detuvo a los inefables de comenzar la búsqueda de  un hechizo o poción para detectar horrocruxes.
No estaban seguros siquiera si habría más de uno, pero su falta de información no detendría su búsqueda.




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Gracias por leer...

¿Por qué no podemos ser amigos?Where stories live. Discover now