46. Bealtaine

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<<En tiempos difíciles dependemos no solo de nuestra fortaleza, necesitaremos también la fortaleza de otros para poder salir adelante...>>




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Las vacaciones cortas llegaron sorprendiendo a los tres niños, que apenas se habían dado cuenta del paso del tiempo tan ocupados y entretenidos como estaban.

Los chicos irían a la mansión Nott, dónde celebrarían Belthane. Era la primera vez de Harry y estaba nervioso y ansioso a partes iguales.

Bealtaine anunciaba la llegada del verano, también marcaba el comienzo de la luz para la segunda mitad del año en el día exactamente opuesto al día de Samhain.
Celebraba la fertilidad de la Tierra y lo sagrado de la naturaleza.
Pero lo que más le gustaba al ojiverde era que que significaba el momento justo para renacer, aunque él ya lo hubiera hecho en Yule.

Thadeus e Isabella llegaron pronto a King Cross, ambos ansiosos por tener a sus chicos de vuelta en casa.
Los tres niños también estaban ansiosos por reunirse con ellos, por eso fueron los primeros en bajarse del tren, y corrieron felices a abrazarlos.
Por supuesto que tanto amor y devoción merecían una recompensa, o al menos eso fue lo que pensaron los adultos, así que usaron la red flu para ir al Caldero Chorreante, y desde allí se dirigieron a Fortescue.

Mientras disfrutaban de su helado pre-cena, Harry comenzó a hacer preguntas sobre Bealtaine, queriendo saber la opinión de los adultos.

— Bealtaine nos recuerda la capacidad divina de creación y placer que poseen nuestros cuerpos, es la reivindicación del cuerpo como algo sagrado — fue la respuesta de Thadeus cuando el ojiverde le preguntó que significaba para él.

— Para mí es la celebración de lo ancestral, una plegaria a los dioses para que cuiden nuestro ganado, pero a su vez, es la energía que mueve la existencia y que nos conecta con la madre tierra y los ciclos de la naturaleza — fue la respuesta de Isabella, dejando a Harry muy pensativo.

El treinta de abril la familia Nott-Zabini, paseó por varios bosques de Inglaterra recogiendo frutos y flores que luego se llevaron a la mansión Nott para celebrar un festival de las flores al anochecer.

El uno de mayo encendieron una gran fogata en el jardín, y todos brincaron sobre ella para pedir salud y buena suerte durante el año.
Por último cenaron todos juntos alrededor de la hoguera rindiendo homenaje a los dioses.

Tras su pequeña celebración familiar, Isabella y Thadeus decidieron que al día siguiente harían una reunión con sus amigos y los de sus hijos para celebrar junto a ellos también.
Por supuesto, el primer invitado de Harry fue Marcus.
Will fue el segundo invitado en la lista de los tres niños.
Terry Boot, Michael Corner y Padma Patil fueron los invitados de su curso, aunque también invitaron a Parvati, la hermana de Padma ya que aunque apenas la conocían pensaban que sería grosero no invitarla.
Roger Davis y Penélope Cleartweater, sus prefectos favoritos, cerraron la lista de invitados.

Fueron a & a comprar túnicas nuevas para los niños, aunque Blaise y Theo no las necesitasen, pero para la enorme alegría de los adultos Harry sí las necesitaba ya que gracias a las pociones nutritivas había ganado peso y crecido un par de centímetros desde Yule.

El ojiverde fue el primero en medirse, así que mientras Theo y Blaise esperaban su turno para medirse, Thadeus anunció que Harry y él tenían una tradición sagrada que no podían romper y todos debían respetar.
Harry sonrió ampliamente al escucharlo, por supuesto que sabía cuál era la tradición en el Callejón Diagon, disfrutar del mejor helado en Fortescue.

Mientras saboreaba su helado, Harry aprovechó el momento de tranquilidad para contarle a Thadeus el plan de Marcus para conseguir un aprendizaje en Runas Antiguas cuando terminara Hogwarts.

— Theo le ofreció hablar contigo para ayudarlo, pero Marcus rechazó su ayuda y le prohibió hablar contigo — comentó el ojiverde, haciendo una mueca de molestia cuando un poco de helado resbaló por su barbilla.

— ¿Y por qué crees que hizo eso? — preguntó Lord Nott mientras ayudaba al niño a limpiarse.

— Bueno... Marcus es un poco orgulloso... — admitió el azabache encogiéndose de hombros — Creo que como nadie lo ayudó antes piensa que ya nadie puede ayudarlo... Pero él siempre me está ayudando a mí.

— ¿Y tú quieres ayudarlo a él? — adivinó el mago adulto bastante divertido con la conversación.

— A mí no me hizo prometérselo, por eso puedo hablar contigo sin que se enfade conmigo — asintió el niño con una sonrisa astuta.

— No hay duda de que piensas como un Ravenclaw... ¿Puedo saber por qué has decidido contármelo a pesar de saber que tu amigo no quiere que lo hagas? — interrogó Thadeus ocultando la risa al ver el rostro satisfecho del menor.

— Bueno... Marcus se merece aprender con el mejor — respondió con sinceridad el ojiverde, encogiéndose de hombros con obviedad.

— ¿Y piensas que yo lo soy? — se sorprendió Lord Nott sin esperarse tal reconocimiento.

— ¡Sé que lo eres! — exclamó el pequeño Potter mirándolo sonriente.

— Hablaré con él — prometió Thadeus sin poder ocultar del todo bajo sus máscaras la emoción que le producían las palabras del niño.

— ¿De verdad? ¡Gracias! Haré lo que quieras y... — agradeció efusivamente el azabache levantándose para abrazarlo.

— No tienes que hacer nada, pequeño — aseguró el mago adulto acariciando su espalda con cariño.

— Pero...

— Simplemente tenías que pedirlo — lo interrumpió Lord Nott separándose de él para mirarlo.

— Gracias, gracias, gracias... — agradeció de nuevo Harry volviendo a abrazarse a él.

Tras la charla, y los abrazos, terminaron sus helados y compraron helado para llevar que sería el postre de almuerzo.
Volvieron a & , donde el resto ya los esperaba para volver a casa.

A la seis de la tarde los invitaron empezaron a llegar, y tanto los dos adultos como los tres niños hicieron el rol de anfitrión con sus amigos.




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Gracias por leer...

¿Por qué no podemos ser amigos?Where stories live. Discover now