37. La custodia

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<<Va caer...
Está cayendo...
Cayó...>>




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Muy contrariamente a lo que los adultos habían pensado, el asunto de la custodia evolucionó muy rápidamente.
Tan solo dos días después de haber presentado sus solicitudes, ambos recibieron una citación formal para una reunión en el Departamento de Niños Mágicos al día siguiente por la mañana.

Pese a que sus reuniones eran en horarios diferentes, Lord Nott y Lady Zabini acudieron juntos, alegando que quien obtuviera la custodia del ojiverde no era relevante mientras no estuviera al cuidado de unos muggles abusivos. Por supuesto, esto hizo saltar las alarmas de los tres trabajadores del Departamento de Niños Mágicos presentes en la reunión.

— ¿Abuso? ¿Tienen pruebas de ello? — interrogó Anthony Smith sin molestarse siquiera en tratar de ocultar la sospecha en su tono de voz.

— Tenemos la palabra de Harry — respondió sin inmutarse Thadeus, ignorando la mirada de desprecio del otro mago.

— Además de que salta a la vista que ha sido privado de los cuidados básicos — añadió Isabella, sacando de su bolso una copia de los resultados del reconocimiento médico que Poppy Pomfrey y Severus Snape habían hecho a principios de curso.

— El heredero Potter debería haber venido directamente a este departamento tras la muerte de sus padres — admitió Susan Doyle, frunciendo el ceño al ver la desnutrición en el diagnóstico del niño.

— Dumbledore se lo llevó al mundo muggle y lo abandonó allí — reveló Lord Nott con el rostro desprovisto de emociones.

— Él no tenía ningún tipo de autoridad para hacer eso — masculló indignado Lionel Ritz

— ¿Y te sorprende? — cuestionó Thadeus mirándolo con una ceja alzada.

— Lo que no me sorprende es que a ti te disguste el líder de la luz — lo acusó Smith interviniendo en la conversación.

— Me juzgaron por mis errores, y a diferencia de muchos otros fui interrogado bajo veritaserum — replicó el patriarca Nott con tranquilidad, sin permitir que el otro mago le hiciese perder el control de sus emociones — Puedes leer las transacciones del juicio si lo deseas, comprobarás que me retiré de la guerra mucho antes de que terminara

— Mi familia ha permanecido neutral por generaciones, somos pocionistas no guerreros — agregó Lady Zabini mirando con desagrado al mago que no había dejado de ofenderlos desde que habían entrado por la puerta.

— ¿Por qué no investigais a los muggles? Ellos son las pruebas que necesitáis — ofreció el slytherin poniendo una mano sobre el brazo de la italiana, temiendo que ésta perdiese la paciencia y maldijese al otro.

— Eso haremos — asintió Susan tratando de poner paz entre su compañero, un auténtico idiota si le preguntaban, y los visitantes, quienes estaban tratando de ayudar a un niño.

— ¿Ahora vamos a satisfacer sus exigencias? — protestó Smith recibiendo una mirada furiosa de sus dos colegas, quienes estaban cansados de él y su enorme bocota.

— Ahora vamos a comprobar una denuncia de abuso — lo corrigió Lionel mirándolo con advertencia, una idiotez más y daría parte a sus superiores — Porque ese es nuestro trabajo.

— ¿Por qué no os encargais vosotros de la visita mientras yo entrevisto a los posibles tutores en caso de ser necesario? — ofreció la bruja amablemente, sabiendo que era mejor sacar a Smith de allí cuanto antes.

— Buena idea. Pasaremos antes por el Departamento de Aplicación de la Ley Magia para solicitar que un auror nos acompañe — asintió Ritz teniendo los mismos pensamientos que su colega.

— Una elección muy sabia por su parte — felicitó Thadeus sonriendo suavemente al otro mago.

— ¿Ah, sí? — preguntó Anthony rodando los ojos con burla.

— Harry ha dejado entrever que su tío es bastante violento — explicó Lord Nott, ignorando el gesto burlón de Smith.

— Volveremos en un par de horas — anunció Lionel, tomando la decisión de poner una queja sobre la poca profesionalidad de su compañero.

Mientras Ritz y Smith iban a visitar por sorpresa a los Dursley, Susan sirvió el té a Thadeus e Isabella y se preparó para hacer su trabajo.
Tras las preguntas básicas, vinieron las preguntas más difíciles, pero ambos respondieron con tranquilidad y seguridad.
La asistente social estaba realmente impresionada con ambos candidatos. Los dos hablaban del niño con mucho cariño, y ninguno de ellos podía evitar sonreír cuando mencionaban su nombre.

Si la cosa en el hogar del pequeño Potter era tan mala como decían, y tras esta entrevista empezaba a creer que sí, cualquiera de los dos sería el candidato perfecto para ser el tutor del niño.
Había llegado el momento de hacer esas preguntas que inclinaran la balanza a favor de uno o de otro.

— ¿Por qué cree que debe obtener la custodia del señor Potter, Lady Zabini? — preguntó Susan mirándola con ojos amables pero fieros.

— Bueno, no sé si debería contar esto... Aunque supongo que no importa ya... — empezó a hablar Isabella preparándose para contar una historia falsa, sabiendo que Lily aprobaría esa mentira ya que ayudaría a darle una mejor vida a Harry — Lily Evans y yo eramos muy buenas amigas en Hogwarts, tuvimos que mantener nuestra amistad en secreto por la guerra y la estúpida lucha de casas...

— ¡Oh! Eso es tan terrible...

— Sé que Lily estará revolviéndose en su tumba por cómo ha sido tratado su pequeño, él mismo por el que ella dió su vida — dramatizó Lady Zabini, aunque eso tampoco era una mentira. Lily Potter había dado su vida para que su hijo viviera, y no creía que hasta ahora Harry hubiese vivido, en realidad apenas había sobrevivido.

— Le aseguro que Isabella es la persona más adecuada para criar a Harry — aseguró Thadeus dando una palmadita cariñosa en la mano de su amiga.

— ¿Está retirando su solicitud? — cuestionó Susan dirigiendo su atención al mago.

— Solo si la custodia de Harry es para ella. Por supuesto, yo soy el segundo más adecuado — declaró Lord Nott con una sonrisa pícara en su rostro.

— Bien, la dejaremos por el momento entonces — le siguió la broma Doyle.

— Simplemente quiere lo mejor para ese niño — afirmó el mago, poniéndose serio ahora— No quiero que sea visto como un arma o un salvador.

— Así es, Harry se merece vivir tranquilo después de todo por lo que ha pasado ya. Il bambino ha dado ya demasiado por el mundo mágico para que algunos todavía quieran exprimirlo a él y a su fama... — estuvo de acuerdo Isabella.

— No puedo estar más de acuerdo con ustedes. Me horrorizo cada vez que escriben sobre él en el periódico, no deberían poder hacerlo siendo menor de edad — admitió Susan con lágrimas en sus ojos.

— Eso es algo que pensamos cambiar... — aseguró Lord Nott con gesto decidido.

— ¿Promesas de campaña? — interrogó la asistenta con un sonrisa divertida.

— ¡Oh no! Son promesas muy reales — replicó el mago con una sonrisa amenazante que habría asustado a cualquiera, a cualquiera menos a las dos brujas en la habitación, demasiado acostumbradas a lidiar con los magos en su día a día.




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Gracias por leer...

¿Por qué no podemos ser amigos?Where stories live. Discover now