|One-shots y escenarios| ~Tokyo Revengers~

|Lenceria|

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Personaaje:Rindo, Baji, Mikey, Kazutora.

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•Rindo•

Ayer estuviste en el centro comercial comprando algunas cosas que te hacían falta, cuando pasaste por una tienda de ropa interior y pijamas.

Te quedaste parada frente al escaparate, un precioso conjunto de lencería te había dejado completamente prendada.

Un corset-sujetador de encaje color morado con unas cuerdas cruzadas por la parte del pecho. Con un tanga de encaje también del mismo color y con una tira hacia abajo que conectaba con unas lindas medias color negro.

Necesitabas ese conjunto, te lo querias ver puesto y que un tal haitani rindo admirara como te envolvía el cuerpo de forma perfecta.

-ya estoy en casa!-grito tu novio desde la puerta anunciando si entrada.

-bienvenido-saliste rápidamente del cuarto y saliste a darle la bienvenida.

-Ahh!! Por fin ha terminado el día de mierda-se sentó en el escalón de la entrada para quitarse mejor los zapatos.

-que? Un día malo?-te acercaste por su espalda.

-si... Y muy largo, todo el día de un lado a otro sin parar, estoy reventado- tu empezaste a quitarle la chaqueta del traje.

-ya veo... Así que mi maridito a tenido un largo día ¿no?- llevaste tus manos a sus hombros y empezaste a masajes relajantes sus hombros, notas te como su cuerpo se empezó a relajar ante tu toque.

-pues... Tenía pensado hacerte una sorpresa pero si estas taaannn cansado- te acercaste cada vez más a su cuello para que sintiera tu alentó.

-no estoy tan cansado!-se quejó un poco con el ceño levemente fruncido.

-entonces quieres ver la sorpresa-sonaste un poco más ilusionada.

-por favor-te sonrió ligeramente.

-bien! Pues ven conmigo -te levantaste rápidamente, lo agarraste de la mano y lo llevaste hasta el sofá, en el cual lo obligarte a sentarse.

-calma mujer! Creo que estas más emocionada tu que yo-empezo a reírse con esa voz tan sexy.

-puede ser, tu quédate aquí y espera a tu sorpresa-desapareciste metiendote en la habitación donde empezaste a preparar su sorpresa.

Rindo estaba confundido, estabas tardando mucho. Tanto que se empezó a preocupar.

-cariño estas bien?-tocó a la puerta con impaciencia.

-sii! Un momento- me cago en la puta.

No costaba nada meterte la puta lencería con tantas cuerdas y tantas mierdas. Has estado a punto de escalabrarte contra el suelo como 3 veces.

-tu vuelve al sofa-rindo te hizo caso y se sentó con las piernas cruzadas y los brazos sobre el respaldo del sofa.

Escucho como la puerta se abría lentamente, te vio salir con una batalla negra de seda. Rindo se sorprendió al ver tal belleza ante sus ojos, tus labios pintados de color morado oscuro y tu pelo echado hacia un lado, con aquella bata que cubría tu cuerpo pero que lo lucia al detalle.