|One-shots y escenarios| ~Tokyo Revengers~

|Shinchiro sano|

Advertencia:ninguna

___________________________________________

-porque?-

Una buena pregunta para muchos y una muy tonta para ti.

Era una pregunta muy común y que te hacían muy a menudo mucha gente.

Eras una chica tranquila, amable, simpática, con una sonrisa dulce para todos y por lo que siempre te decían "pareces una muñeca".

Tenias bastantes pretendientes, hasta chicas, pero la verdad es que ninguno te atraía ni te gustaba. Solo él.

Shinchiro sano.

Si, lo opuesto a ti. Siempre era el que se declaraba a alguien y siempre lo rechazaban. Era un chico bastante común y basico, con un peinado raro.

Pero en cambio, para ti, era la persona más maravillosa que ha podido pisar esta tierra. Fuerte de corazón y voluntad, valiente y nunca se rinde, admirable y guapo. Y por eso tu respuesta siempre era la misma.

-porque estoy enamorada de él- con una sonrisa y tus mejillas en tonos primaverales.

-siempre dices lo mismo y nunca lo entiendo- suspiro cansada tu amiga.

Tu soltaste una risa dulce.

-además, ¿porque no se lo dices ya? Piensas estar otros 10 años sin decirle nada?- tu amiga te miraba sin tener paciencia.

-porque el no siente lo mismo, lo sé-miraste tus manos apenada- y... Aunque yo lo sé, mi corazón no lo deja ir- tus mejillas no cambiaban ese tono, y tu voz seguía siendo dulce.

-pues vaya...-te miro con algo de pena, lo pasaba mal al verte así. Sabía que en el fondo te dolía.

Shinchiro es el único que entró en tu corazón, desde infantil, siempre, siempre, lo has mirado y has Estado tras el... Era tan brillante y tu.... Su sombra.

Teníais una preciosa amistad, pero no querias arruinarla para nada, porque, según tu, tus sentimientos no eran correspondidos.

Shinchiro se había confesado a muchas chicas, a veces incluso lo viste con tus propios ojos. Pero siempre te quedabas callada...

Salias del Instituto con dirección a tu casa, querias llegar y descansar, estabas agotada.

Cuando ibas saliendo escuchaste esa linda voz que hizo que tus pies se detuvieran y tus mejillas se tornaran a un color rojizo.

-te gustaría salir conmigo?-escuchaste la voz que provenía al otro lado de la pared.

A ti se te puso el corazon en un puño. Te asomaste por la ventana un poco y viste esa espalda que siempre observabas... Pero nunca alcanzabas.

-lo siento, pero no siento lo mismo, además te peinas raro- se río aquella chica y se fue.

Tu retomaste tu camino, no se escuchaba nada más en todo el Instituto, solo tus pasos. Andabas como si nada pero en realidad, tu pelo y tu cabeza gacha escondían lágrimas y un rosto dolorido.