Capítulo 03: sexto mes de embarazo.

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Elizabeth se encontraba tocando su grande barriga con amor.

— Tristan... Tristan será tu nombre — dijo casi susurrando.

Mientras se deleitaba mirando su vientre, Elaine entró a la sala con Ban, y con ellos unos vasos y una jarra de limonada.

— Déjenme que los ayude — dijo la peliplateada pero Elaine tomó su brazo y la llevó al sofá.

— Ya tienes seis meses de embarazo, Eli, cualquier esfuerzo puede hacerte mal.

— Así que llevar unos vasos ¿va a ser perjudicial para mí y mi bebé? — preguntó Elizabeth mientras Elaine asentía y Ban reía.

Elizabeth soltó un jadeo y la pareja la miró.

— ¿Estás bien, Beth? — preguntó Ban.

— Si, solo dio una patadita — respondió.

Ban y Elaine se emocionaron y tocaron la panza de Elizabeth para sentir las pataditas. Las pudieron sentir y estaban desesperados por ser tíos, amaban a esa criatura antes de nacer, cuando nazca tal vez se desmayen. Estaban planeados el baby shower que sería en unos días, ya tenía toda la comida y los invitados.

Elizabeth sería la madre más fuerte que alguien conociera, sacara a su hijo adelante, no importase que tan fuerte sea la tormenta, ella lo cubría por la espalda para que no cayera, ese pequeño soldado iba a ser el niño más afortunado por tener una madre como Eliza.

Mientras tomaban las limonadas el teléfono de Ban sonó. Cuando atendió, la sonrisa en su rostro desapareció.

— ¿Qué quieres? ¡Ya has hecho mucho daño! — Elaine le preguntó quién era pero no contestó — Ya déjanos en paz, Meliodas.

Al oír ese nombre, Elizabeth sintió un nudo en la barriga y en el cuello. Comenzó a respirar intranquilamente. Cuando Ban cortó la llamada, fue junto a la embarazada, la cual se aferraba a su vientre y las lágrimas salían a cantaros de sus ojos.

— Elizabeth, escúchame — dijo Ban poniendo las manos de la peliplateada en su barriga — Tienes que ser fuerte, por tu hijo y por ti.

Secó sus lágrimas y Elizabeth se tranquilizó. Debía ser fuerte, debía dar lucha, todo por el futuro de su hijo. Cuando fue a lavarse la cara al baño, se miró en el espejo, y asintió.

— No volveré a dejar que me hagan daño, ni a mí, ni a ti Tristan — sonrió y juró ser la madre más fuerte que pudo haber.

Salió del baño y siguió hablando con Elaine y Ban. La pasaba bien con ellos, la apoyaban y no la dejaron sola como Meliodas, cuando se enteraron de su embarazo, ellos no lo justificaban para nada. En especial Ban, que eran mejores amigos. Pero le dio la espalda y ayudo a Elizabeth, que era la que necesitaba amor y comprensión.

— En tres días será el Baby Shower — dijo Elaine haciendo que Elizabeth levante la cabeza — ¿No estas emocionada?

— Pues claro que sí, cada vez nos acercamos más para ver al bebé Tristan.

— ¿Tristan? — preguntó Ban.

— Si, ese es el nombre que elegí para mi hijo — los tres sonrieron.

— Es un hermoso nombre, Elizabeth, te felicito — dijo Elaine.

La mujer sonrió y le dio un sorbo a su limonada.

— Ah, casi me olvido — dijo la embarazada levantándose yendo para la cocina. Cuando regresó, regresó con un pastel de vainilla, crema y fresas — ¿Quieren un trozo de pastel? Me tomó esfuerzo hacerlo — rió y cortó dos rebanadas para cada uno.

— Está delicioso, Elizabeth. ¿Qué le pones al bizcochuelo de vainilla para que sea tan sabroso? — preguntó Ban.

— Solo le pongo mucho pero mucho amor — contestó sonriendo.

Hablaron de temas triviales por un rato y saludaron a Elizabeth porque debían irse. Cuando por fin quedó sola, un rato después, se decidió hacer la comida. Su especialidad, salmón rosado con patatas al horno, y de postre un riquísimo arroz con leche casero. Amaba cocinar y hacer los quehaceres de la casa, como lavar; cocinar; planchar; y hacer la cama.

Se sentó a comer y lo disfrutaba, la parte del día que más le gustaba además de la mañana, era la noche y más una como esas. La lluvía, los relámpagos y truenos le encantaban. Luego de cenar, tomó un poco de arroz con leche y un té con miel, y se fue a su cuarto y se acostó a leer, Latidos de @Galaxy_Star_24, y no tardó en quedarse dormida.

Se levantó a las nueve y media de la mañana y preparó su desayuno. Un tazón de frambuesas con una tostada con mermelada y arándanos, y para beber, un jugo de kiwi.

La mañana estaba gris, con un poco de llovizna pero era el mejor día para limpiar y organizar su biblioteca.

— Listo, Elizabeth — se dijo a si misma — Lavas los platos y nos encargamos de la biblioteca ¿te parece bien Tristan?

No hubo respuesta, pues claro aún no podía contestar. Puso de música de fondo a BLACKPINIK la canción Shut Down, era su favorita.

Cuando comenzó a limpiar la biblioteca veía tantos libros que no leía hace un montón. Estornudó cuando un poco de polvo entró en su nariz y rió, le parecía gracioso. Elizabeth era la persona más animada que alguien pudiera conocer, era hermosa, paciente, y amorosa ¿Quién no quisiera estar con ella? Todos los hombres morían por ella pero el único que estaba en su corazón era Meliodas, pero vio que el día que le dijo que estaba embarazada, su actitud cambió. Ya no era el Meliodas que se arriesgaba a todo y que enfrentaba la vida; pero al parecer no pudo con el peso de ser padre. Pero Elizabeth haría el papel de madre y padre.

Cuando terminó de ordenar llamaron a su puerta, le pareció extraño ya que no había invitado a nadie. Abrió la puerta y se encontró con Ludociel, un ex novio de la secundaria.

— Ludociel... — dijo casi en un susurro — ¿Cómo diste con mi casa?

— Tengo mis contactos — respondió tocándose la nuca. Cuando vio su barriga, se sorprendió — Eli, ¿acaso estás embarazada?

— Sí, tengo seis meses de embarazo — dijo.

— Seguro que tu pareja está más que feliz — espetó sonriendo.

— En realidad... estoy yo sola con mi bebé.
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Cariños ❤️
Moon_

Mamá te dará el mundo enteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora