Primer Vasallaje: Cárcel emocional

Capítulo 10: Puntuaciones y objetivos.

Al final ayer era muy tarde para subir el Capítulo siguiente así que lo dejé estar y lo subo hoy. Aviso que estas actualizaciones que estoy haciendo son algo especial que hago, como compensación por pasarme tres meses sin actualizar, no tengo suficientes capítulos para ir estrenando de dos en dos siempre. Y aunque quiero activarme lo más posible, también necesito ideas para ello. De ahí que mi ritmo de publicación sea cada vez más irregular, lo siento.

_________________________________________________________

Capítulo 10: Puntuaciones y objetivos.

Para Goldie la sesión privada con los vigilantes había sido la verdadera prueba de fuego. El instante en que debía demostrar estar dotada para ganar estos juegos. Su mentor le había dejado en claro que si quería que sus aliados la respetasen, como líder, debía sacar una buena nota. Pero tampoco podía mostrarse como la contrincante más hábil de todos, si no quería que la marcasen como blanco. Y aquello le había resultado difícil.

Siempre había sido una chica competitiva, disfrutando del simple placer de sobresalir sobre los demás. En el distrito uno le resultaba muy difícil aceptar sus derrotas, recurriendo a todo tipo de tácticas y tretas sucias, con el fin de conseguir la victoria. No era algo malo, todo lo contrario, le ayudaba a desmarcarse sobre las demás chicas como una persona tan maliciosa como estratega. Y una de las razones por las que había luchado por obtener el liderazgo de su alianza, cuanto antes. Estar debajo era simplemente inadmisible para ella.

Esa competitividad era la principal razón por la cual no había dudado en, no solo aceptar la mano de Drake durante la fiesta, convencida de que un gesto así le ayudaría a captar patrocinadores; sino también desafiar a los demás miembros de su alianza, en las diversas estaciones de entrenamiento. Y de no ser porque estaba estrictamente prohibido hacerlo, se habría puesto a luchar contra ellos, desde el primer minuto. En lugar de ello, se dedicaba a marcarles retos, en un intento de estudiar sus diversos talentos. Siempre retadora, siempre confiada, pero lo suficiente dotada para fingir que todo ello era, tanto para probar sus habilidades, como para divertirse mientras no comenzasen los juegos. El único que parecía sospechar algo era Drake.

Quizás era por eso que el chico se mostraba tan confiable con ella y los demás miembros de la alianza. Drake no era estúpido, sabía tan bien como ella como funcionaban los juegos y la alianza profesional. Estarían juntos hasta cierto punto de los juegos, luego se asesinarían y para entonces cualquier método era bueno.

E incluso así debía reconocer que el chico del distrito cuatro le agradaba, era carismático, intuitivo y original, tan dotado para el espectáculo que enseguida se había situado en la cima del público, tras aquel desfile. Y nada, ni siquiera su baile, le había quitado de allí.

Su compañera de distrito, en cambio, se estaba convirtiendo en un problema. No tanto por sus habilidades, sino por su actitud. Había intentado hablar con Karina, convencida de que Nikky podría retractarse si ella se moderaba. Pero ni la profesional del distrito dos atendía a razones, ni la del cuatro mostraba señales de arrepentimiento. Tendría que asesinarla pronto si no quería que le perjudicase. Y el hecho de que Karina la pidiese no arreglaba las cosas, aunque a la larga quizás le conviniese.

Quizás le conviniese hacer caso a Drake y Orión y fijarse unos objetivos más accesibles. Los juegos del hambre no eran ninguna tontería. Eran un desafío óptimo en el que el mínimo error podría costarle la vida. Y si bien Goldie no le veía ningún interés a un premio ganado de antemano, tampoco podía quedarse de brazos cruzados si no quería morir. Tenía que ser astuta.