Primer Vasallaje: Cárcel emocional

Capítulo 6: Miedo

Perdonad la tardanza, llevo un tiempo sin escribir y además la preparación para entrevistas no me inspira mucho, así que tal vez me la salte en el futuro. Por ahora os dejo el primer día de entrenamiento de esta edición, espero que os guste.

Capítulo 6: Miedo

Los buenos samaritanos no ganan los juegos.

Aquello era una verdad ineludible que Zeyra había aprendido de ver edición tras edición de juegos, a lo largo de su vida, pocos vencedores ganaban sin asesinar, aunque fuera a una sola persona durante su pasaje por la arena. Así que mientras se mostrase dispuesta a matar para vencer no le faltarían patrocinadores. Era lo que le había dicho Rhea, cuando le había confesado sus dudas en referente a las encuestas de popularidad de los tributos (las cuales estaban encabezadas por Drake y Goldie), que todavía quedaban juegos para impresionar. Lo mismo que intentaba hacer ahora, en la pista rápida, en este primer día de entrenamientos. Impresionar a Lauren, tributo del distrito siete, para convencerla de aceptarla en su alianza, debido a que en la fiesta inaugural se había mostrado algo reticente. Y por la forma en que la chica sonreía, mientras observaba sus resultados en la tableta, podía ver que lo estaba consiguiendo.

Sin embargo, ese chico del distrito cuatro...

Tenía la sensación de que la estaba espiando desde que había llegado, probablemente lo hiciese con todos los tributos, pero no dejaba de inquietarla. Rhea le había dicho que se mantuviese alejada de ellos y eso estaba haciendo. Evitando las armas, a pesar de que amaría testar los cuchillos de aquel lugar. Por otra parte, también le había dicho que solo se inquietaban de los que eran como ellos, pero él la estaba observando a ella. Y no entendía por qué.

—A lo mejor te considera una presa. Algunos de ellos lo hacen. —La voz de Molly estaba teñida de rencor, no le agradaban los profesionales, tenían una ventaja injusta y, a su parecer, abusaban de ella. Zeyra arqueó una ceja, observándolo, viendo que el chico dejaba el puesto de lanzas, donde había demostrado una habilidad sin igual, para acercarse a puestos menos preocupantes. Si se le permitiera opinar, diría que Drake era el menos peligroso de aquella alianza. Incluso su compañera de distrito, la cual estaba disparando flechas a los maniquíes, como una maniática, ante el chico del distrito diez, parecía más amenazante que él. Poco después se les unió la chica, asintiendo, conforme, ante aquella demostración de habilidad. Mientras que otros tributos les observaban muy asustados. Zeyra negó.

—Sí, a mí tampoco me lo parece. —Respondió Lauren, en tono tranquilo. —Pero siempre puedes intentar preguntarle. De hecho, me pregunto si sería tan malo acercarse a las armas. —Zeyra asintió, pensando en qué pasaría si lo hiciese y, finalmente, se atrevió. Solo tendría que evitar los cuchillos y todo saldría bien.

—La estás sosteniendo mal. —Escuchar la voz de Drake tras ella, mientras ensayaba con aquella ballesta, no la sorprendía. Le estaba siguiendo la pista, lo lógico era que se encontrasen tarde o temprano. Lo que no entendía era por qué parecía querer ayudarla. —Adelanta un poco la mano.

La voz fue apenas un susurro que hizo que la chica se tensara, antes de obedecer y probar a disparar, consiguiendo así que la saeta rozara el centro. Seguidamente, encaró al chico, mostrando su lado más hostil.

—¿Se te ha perdido algo, Drake? —Le preguntó, directa, haciendo que el chico negara con la cabeza, casi riendo. Posteriormente, observó a los demás tributos, estudiándolos, en especial la chica del distrito uno, la cual manejaba, con auténtica soltura, una especie de vara de doble cuchilla, curvada en ambas puntas —No eres muy sutil, ¿sabes? —Añadió.

—No pretendo serlo, Zeyra. —Confesó Drake, enfatizando su nombre en un tono tan siniestro que, de no ser el chico profesional, Zeyra se hubiese sorprendido. —Nos vemos en la arena.