Capítulo 3: Cruda traición

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Al final no subí capítulo la semana pasada, estuve trabajando una temporada y por ello en lo último que pensé fue en esta historia. Además reconozco que me he bloqueado un poco en el capítulo 7 (el cual recién culminé este jueves). Los procesos previos a los juegos no me resultan tan explotables, como con Cynthia o Annie, así que voy a lo importante, aliados, enemigos, estrategias y demás. En este capítulo conoceréis un poco a las aliadas de Zeyra. Espero que os agrade.

Capítulo 3: Cruda traición


Quién sí lloró, sintiéndose dolida, traicionada e incomprendida fue Lauren.

No comprendía por qué había salido elegida, ella era una muchacha afortunada, tenía unos padres fantásticos, muchos amigos, y hasta un novio. No concebía que alguien pudiese votarla a menos que...

A menos que dejase de mentirse a sí misma.

Y es que la verdadera vida de esta chica era todo menos idílica. Vivía en el distrito siete, junto a su madre, una mujer típica, dura trabajadora y fuerte, como todas en el distrito, y su abuela. La cual estaba tan enferma que a menudo olvidaba que tenía una familia: un padre difunto en los juegos, (Lauren no sabía en que edición ocurrió), una hija que siempre andaba tras ella, y una nieta que fantaseaba constantemente con otra vida y perseguía a los populares de su instituto; haciendo de todo por pertenecer a su mismo círculo social.

Y la mejor forma de lograr eso era a base de engaños y mentiras, como la vez que sus amigos dijeron querer conocer a su familia y ella los llevó a la casa de un hombre al que había convencido de fingir ser su progenitor. A sus amigos les cayó muy bien, sobre todo a él.

Hidden...

El chico que le gustaba y su novio. No comprendía por qué no había ido a verla, menos por qué lucía tan aliviado en su cosecha. Por qué ninguno de sus amigos había ido a despedirse. No captaba que su fantástica relación solo estaba en su cabeza y que si, ni él, ni sus supuestos amigos habían ido a verla era porque la base de esa amistad eran las propias mentiras que ella decía constantemente.

En ocasiones cuando uno se pasa el tiempo mintiendo y fingiendo ante los demás termina creyéndose sus propias mentiras. Las únicas personas que la habían despedido habían sido su madre y su abuela, la cual protestaba preguntando por qué la había traído allí y ante la explicación de su hija no había hecho otra cosa que protestar más: "¿Qué dice?¡¡ Yo no tengo ninguna nieta!!" Esas habían sido sus palabras, y al escucharla Lauren no pudo evitar echarse a llorar.

Odiaba su vida, por eso se refugiaba en una fantasía en la que su padre era un hombre rico dueño de un taller de muebles y su madre una pintora famosa que viajaba vendiendo sus cuadros por todo Panem. Un día, cuando era muy pequeña, la vio dibujar sobre una mesa de madera desgastada y se quedó tan maravillada que fácilmente la podría ver siendo famosa, si fuera otro tipo de persona, una vencedora quizás.

Pero así no era la realidad.

No le gustaba y se negaba a aceptarla. Renunciando a comprender qué había hecho para estar sobre la tarima al lado de Jules, ese chico que se pasaba el tiempo actuando como si estuviese por encima de todos, cosa que no se alejaba de la realidad. Era aventajado, rico, y poderoso, muchas veces ella lo envidiaba porque su situación no era fingida.

E incluso así Jules había salido elegido porque estos juegos eran especiales, el concepto de vasallaje era un término curioso, nuevo incluso, la ocasión idónea para que el Capitolio les recordase a los rebeldes que ellos eran los culpables de su propia desgracia, esa era la razón de la premisa. Y la oportunidad idónea para que un colectivo más numeroso se uniera en contra de uno menos. En especial aquellos que encarnaban ventajas y, o, poder en el distrito, gente que nunca salía perjudicada en las cosechas. Pero que ahora lo sería, por eso había salido elegido él.

Primer Vasallaje: Cárcel emocionalWhere stories live. Discover now