En la cuerda floja

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Llegó la noche, Marcia y sus hijos ya estaban en el departamento. Esteban estaba en el hospital esperando el día siguiente para poder salir.

Marcia y sus hijos en la cena...

-¿Así que ya está confirmado que mi papá sale mañana? -dice Hugo-.

-Sí, ya la doctora lo autorizó...

-¡Esa doctora jaja! -exclama Lucía-.

-¿Qué pasa con la doctora? -dice Marcia-.

-Nada, solo me da la impresión de que no ve a mi papá solamente como su paciente...

Marcia cuando Lucía dijo eso no pudo evitar sentir incomodidad, aunque no lo demostraba, en el fondo no le agradaba la idea que confirmar que tenía la razón.

-¡Yo también lo creo! -dice Hugo-.

¡¿De verdad?! ¿Por qué lo dicen? -dice Marcia-.

-Es que se nota mucho... o sea, yo creo que tú también viste Hugo... cómo le hablaba pero sobretodo cómo lo miraba, es que a leguas se le nota que babea por mi papá...

-¡Es una mujer muy bonita!.. Supongo que debe tener casi la misma edad que tú mamá... De pronto a mi papá también le llame la atención. -dice Hugo-.

-¡Imaginate eso! La doctora nuestra madrastra -Lucia se rie-.

-Todo puede pasar hermana...

-Quizás a Esteban no le guste, o es que... ¿Ustedes notaron algo en él? -tratando de disimular sus celos-.

-¡Para nada! -exclama Lucía-. No sé si es que no se ha dado cuenta o se hace el desentendido, en fin... yo no ví nada de parte de él.

-¡Yo tampoco ehh! -dice Hugo-.

A Marcia esas palabras de sus hijos la hicieron sentir más segura e inmediatamente los celos desaparecieron en ella, solamente dijo...

-¡Solo espero que su padre sea feliz!

Al día siguiente Marcia fue a acompañar a Esteban en su salida.

-¡Hola, mi amor! ¿Cómo estas? -dice Marcia-.

-¡Mi amor! ¡Hola! Yo sigo muy bien gracias a Dios y ¿Tú? ¿Cómo estás? -la besa-.

-Bien, contenta porque ya por fin sales de aquí...

-¡Gracias a Dios! Y... ¿Los muchachos?

-Ahh, no pudieron venir, Lucía no podía faltar a la universidad y Hugo tampoco al trabajo. Pero me dijeron que te deseaban una pronta recuperación absoluta.

-¡Dale las gracias de mi parte por todo!

-Bueno, ¿Ya estas listo?

-Sí, pero tenemos que esperar un rato más... ¿Estas segura que me puedes acompañar? Y... ¿Tu trabajo?

-No te preocupes por mi trabajo, ya me excusé hoy también... dije que estoy poco indispuesta... jaja

-Pero, ¿Eso no te ocaciona ningún problema?... porque si es así yo puedo pedir un taxi para irme...

-¡Qué no! Ya está decidido, vamos los dos para tu casa.

-¡Como mande patrona! Jaja, ah... y te recuerdo que es NUESTRA casa...

Cuando llegaron a la casa Esteban se fue para su habitación porque tenía que guardar reposo.
Esteban se puso su pijama y se recostó en su cama, Marcia también se recostó a su lado...

-¿Por qué no te quitas esa ropa? -dice Esteban-.

Marcia al oir eso quedó un poco extrañada, no entendía a qué se refería Esteban...

Atreverse a atreverseWo Geschichten leben. Entdecke jetzt