17. - No pido mucho.

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— Te amo.—Mencionó Bodoque. No esperó por una respuesta y siguió hablando.— Sé que te he tratado mal, pero admítelo. Te lo merecías de cierta forma, bueno, bueno. Lo que quiero decir es... Ahg, que estúpido.—Peinó sus orejas hacia atrás aunque de nada sirvió ya que a los segundos volvieron a su lugar habitual.

— Es estúpido hablar con el espejo.—Volvió a mencionar el conejo a sí mismo.— Pero más estúpido soy yo por hacerle caso a Tulio.

Ahí estaba Bodoque, intentando darse ánimos mientras se miraba en el espejo. Tulio le había dicho que eso le ayudaría a mejorar su "autoestima". Era algo que lo ayudaría a buscar su zona de confort; donde hablaría con él mismo para mejorar, un amigo fiel sin necesidad de darle algo a cambio y aprender a valorarse a sí mismo. O eso dijo Tulio que había leído en una página de Internet.

— ¡Juan Carlos!—Llamó Tulio que se encontraba al otro lado de la puerta esperando al conejo con una taza con café.— ¿Terminaste?—Preguntó ansioso al ver al conejo que abrió la puerta.

— Seh.—Soltó sin más y salió para después cerrar la puerta del baño, siendo seguido por el más alto.

— ¿Y... qué tal?

Bodoque suspiro y miró de reojo a Tulio, agradecía el hecho de que intentara ayudarlo. Pero seguramente si lo mencionaba solo aumentaría el ego de su amigo y él era alguien orgulloso, no se permitiría eso.

Por otro lado. Tulio en verdad quería demostrarle a Bodoque que podía ser de ayuda, así posiblemente no tendría porque contarle a los demás de su situación. Para eso estaba él, ¿no?

— Pues... no estuvo mal.—Bodoque se encogió de hombros, restándole importancia.

— Oh, bueno. Es solo el comienzo, no te preocupes, de a poco se te hará costumbre.—Mostró una sonrisa sincera, la cual fue devuelta por Bodoque.— ¡Ah, sí! Toma.—Ofreció la taza con café.

Bodoque la tomó extrañado. Le parecía un gesto lindo, no podía negarlo. Pero también era raro, en los meses que llevaba ahí nunca había recibido algo directamente de Tulio, siempre lo hacían las trabajadoras de este.

— Gracias.—Tomó la taza para mirarla con ternura.

— Fue un placer, vamos, pruébalo. ¡Yo mismo lo hice!

El conejo tragó saliva nervioso ante las palabras del oji ámbar, tenía entendido que su amigo no sabía como preparar algo como una taza de café o un sándwich, pues siempre lo hacía Juanín o sus trabajadoras por él.

— No te hubieras molestado, Tulio.

— ¡Que va! Eres mi amigo, y estoy seguro que tú harías lo mismo por mi.—Comentó seguro mientras pasaba su brazo por los hombros del más bajo, abrazándolo mientras bajaba a la primera planta.

El conejo lo miro extrañado. ¿En serio seguía siendo tan iluso?

— Claro.—Rodó los ojos y tomó el contenido de la taza; pero al momento en el que sus pupilas gustativas identificaron lo amargo del líquido lo volvió a escupir en el recipiente. Sacó la lengua con disgusto, tenía la esperanza de que no supiera tan mal, pero bueno, la intención era lo que contaba. De todas maneras observó al chimpancé esperando que no notará su acción anterior, pero toda preocupación desaparició al ver como seguía hablando de sí mismo y lo excelente que le había quedado el café.

Una vez abajo pidió a una muchacha que se llevará la taza para después subir con Tulio al auto gris para ir a la oficina.

— ¿Te había dicho lo mucho que me gusta estar junto a ti?—Preguntó Tulio de manera inconsciente.

Bodoque por unos momentos se sintió indefenso, la emoción lo dominaba, a pesar de saber ocultarlo bien. Su corazón latía con fuerza, probablemente por ser un conejo, aunque era raro. No le gustaba el sentimiento. Arrugó sus cejas con cierta molestia, era todo o nada.

Su mirada se fijó en la mano de Tulio, la cual se encontraba en la palanca del auto. No era bueno con las palabras, pero las acciones deberían servir.

Había quedado un silencio entre los amigos. Mientras que Tulio se mal decía internamente por creer que había dicho algo que se podía mal interpretar. Bodoque reunía fuerzas para cortar aquel muro invisible que posiblemente el creo.

Tulio miraba con suma atención el camino y Bodoque planeaba usar eso a su favor. Acercó su mano con intenciones de ponerla arriba de la del oji ámbar, pero no pudo  debido a que Tulio movió la palanca al estacionar el auto. Desabrochó el cinturón para después abrir la puerta, dispuesto a irse.

Bodoque pensó de manera impulsiva, no pensaba quedarse sin haber hecho nada, tenía la oportunidad y no debía desaprovecharla. Lo jalo por detrás de su ropa para abrazarlo por la espalda.

Tulio atónito se limitó a acariciar los brazos del conejo, que no lograban rodearlo del todo.

— No menciones nada, ¿bien?—Restregó su nariz en la mejilla de Tulio, para después separarse del chimpancé y bajar del auto.

— Que linda manera de iniciar el día.—Canturreo Tulio mientras caminaba hacia al estudio junto a Bodoque.

No muy lejos del lugar se encontraba una pájara que había sido espectadora del momento íntimo entre sus tíos.

『••✎••』

Delante de la gente no me mires, no suspires, no me llames, aunque me ames.
Delante de la gente soy tu amigo, hoy te digo, que castigo.
Que dolor, que dolor.
Eres secreto de amor, se-cre-to.
Eres secreto de amor.

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⏰ Last updated: Jan 14, 2023 ⏰

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¿𝙈𝙤𝙩𝙞𝙫𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙫𝙞𝙧? - 𝘛𝘶𝘥𝘰𝘲𝘶𝘦. Where stories live. Discover now