¿𝙈𝙤𝙩𝙞𝙫𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙫𝙞𝙧? - 𝘛𝘶𝘥𝘰𝘲𝘶𝘦.

9.- Eso no era parte del plan.

(Especial)

— ¿Que quieres? — Carraspeo para después solo sentarse en el suelo, volvió a sentir eso peso.

— Te dije que te ayudaría a ver lo bonito que es vivir y ya tengo algo pensado. — Sonrió con orgullo, estaba seguro que con sus grandes habilidades ayudaría a su amigo.

— ¿Que tienes pensado? — Alzó una ceja con duda, temía que su amigo dijera alguna estupidez, sentía que últimamente era serio, pero la idea que dentro de ese papel de adulto maduro se encontrara aún el Tulio engreído.

— Obviamente como soy muy listo pensé en ir al campo.

— ¿Por qué el campo? — Miro con duda al de mayor altura, a Tulio no le interesaba la naturaleza, ni nada que tuviera que ver con eso.

El de mayor altura quedó en silencio, sabía que le diría, pues lo había practicado con el espejo todo un día, aunque recordar lo bello que se veía en el espejo no lo ayudó hablar naturalmente como siempre. ¿Cómo le diría que buscó en internet lo que puedes hacer para sentir ganas de vivir? Sabía que a su amigo le gustaba el medio ambiente, al menos eso siempre se notaba cuando eran jóvenes, pues el conejo hablaba con mucha pasión sobre lo interesante que le parecía este, durante mucho tiempo no le prestó atención, pero era conciente de que al conejo le daba cierta tranquilidad la naturaleza.

— Tú solo confía en mi, será un lindo fin de semana. — Sonrió con seguridad mientras el conejo solo evitó la mirada, sintió un cosquilleo y eso para él, no era bueno.

(...)

—¿Te va gustando el viaje Juan Carlos? — Miró de reojo al conejo, el cual miraba desinteresadamente el paisaje.

— Me parece una pérdida de tiempo, en vez de estar aquí podría ir a buscar material para mi nota verde o dormir, es fin de semana Tulio.

— ¡Me parece un insulto que digas que es una pérdida de tiempo cuando hice un esfuerzo para ayudar! — Subió el tono de voz ofendido, después de todo era el mejor amigo del mundo, puesto en el que se auto nombró. — Estas pasando tiempo conmigo y eso ya es algo ¡muy! bueno.

— Claro Tulio, ahora concentrate si no quieres morir conmigo.

— Tal vez te serviría no ser tan pesimista.

— No soy pesimista, soy realista, si sigues hablando sin prestar atención hacia donde vas conduciendo podemos tener un accidente.

— ¡No quiero morir! Y menos con alguien tan amargado.

— Ya callate Tulio.

En el ambiente había un aire de tensión, el conejo no pudo evitar fruncir el ceño, miro de reojo al chimpancé, el cual se miraba relajado, tal vez Tulio en verdad trataba de ayudarlo, pero... ¿En verdad se lo merecía? Lo conoce desde hace años y lo ve como alguien tan lejano y al mismo tiempo algo tan cercano, a su perspectiva se había portado como una mierda, tratando de cubrir su envidia por su mejor amigo ya que el si había logrado su puesto soñado siendo un estúpido, le tenía aprecio, mucho, pero el rencor no le dejaba pensar claramente, era más que obvio los problemas que tenía. Estaba a punto de perderse entre sus pensamientos de nuevo, pero la voz del más alto lo saco de su transe.

— Si yo fuera rico — El de pelaje rojo pudo reconocer lo que trataba de hacer, no obstante siguió con la notada. — Dubidubidubidubido no tendría más que trabajar, si yo solo fuera un ricachon, nanaaanarananara si yo solo fuera un ricachon. — Al terminar de cantar la estrofa el primero en hablar fue él chimpancé de ojos ámbar.