Destino a París. I

412 37 19
                                    

El día del viaje a París había llegado y Debby tenía los nervios a flor de piel. Le obligué a hacer la maleta un día antes de coger el vuelo, pues sabía perfectamente que con la adrenalina del momento y las prisas acabaría optando por prendas que luego usaría con mala cara y se arrepentiría... por teléfono, conmigo.

Ayer también hablé con Andrew, sigo siendo la misteriosa "anónima", o "Aurora" para él. No hablamos demasiado, eran conversaciones cortas en las que nos preguntábamos que hacíamos y poco más. Él insistía en saber mi nombre y era bastante cómico leerlo. Me gustaba su manera sutil de rogar, me hacía reír. Era como un "por favor, dime tu nombre... aunque no me voy a morir por no saberlo". Descubrí en un par de horas cuan bipolar era aquél hombre.
Le conté un poco por encima cómo iba mi vida últimamente respecto a trabajo, el en cambio se mantenía al margen y no declaraba nada sobre ese ámbito de su vida. Sentí unas enormes ganas de hablarle del estado trágico en el que Monique se encontraba, pues a pesar de ser un completo desconocido me inspiraba cierta confianza... o quizá no era ni eso. A veces, simplemente, sientes la necesidad de llorarle penas a alguien que no te conoce porque sabes que no podrá juzgarte y te dará una opinión o consejo directo, claro y sin rodeos.

Pero no lo hice, no nombré a mamá en absoluto.

***

Debby y yo llegamos al aeropuerto diez minutos antes de la hora acordada. Eran las once. Ella no dejaba de zarandearme emocionada cada vez que vislumbraba a lo lejos la imagen de alguna compañera, aunque ni siquiera se llevase bien con esta, pero aquello era preferible a sus incesables "¿vamos ya?" en casa. Me estaba empezando a sacar de quicio.

'Se va a ir una semana entera, aprovecha que aún está y ten paciencia' Me dije a mi misma mentalmente.

Pareció que alguna fuerza sobrenatural, un dios o algo en el espacio y tiempo, se percató de mi sufrimiento y frustración pues mi hermana salió escopeteada al encuentro de unas de su grupo de amigas.
Paz, cuanta serenidad sin la cacofonía de los gritos emocionados de Deb en mi oído.

Me sonó el móvil tres veces. Quise sacarlo al primer toque pero el llavero-fresita que colgaba de este se había enganchado en el bolsillo derecho de mi pantalón. Después de varios tirones y un pequeño desgarro en la tela, logré atender... y todo mi mundo perdió su color.

***

Andrew se lavó la cara, se echó gomina en el cabello y se vistió con lo primero que pilló en el armario. Aunque él siempre se veía bien. Su estilo era elegante y al mismo tiempo despreocupado y misterioso. Acostumbraba a usar prendas negras, aunque a veces las combinaba con algo gris, rojo, granate, o colores similares.
Lana salió de la cocina mientras devoraba una tostada y se apoyó de espaldas en la pared observando a su compañero de piso con los brazos cruzados y una sonrisa dulce de recién levantada en el rostro.

-¿No te da pereza follar a estas horas?

-Eso nunca da pereza, Lana. -Discrepó él negando con una sonrisa lasciva-. ¿Y cómo sabes a qué voy?

-Porque te conozco, idiota. -Dejó los ojos en blanco-. Solo madrugas por cosas de la mafia o porque te vas a follar a alguna, y justamente cuando usas el perfume que ahora mismo estás usando... vas a lo que vas.

-Serías una crack como detective.

-Soy una crack jugando al Tetrix, perdona.

El castaño se acercó a su amiga y le robó un mordisco de tostada. Un mordisco a lo tiburón. Ella le dio un empujón por el hombro y con un movimiento de cabeza le dijo que continuase con su productivo plan matutino.

-Ten una buena mañana, mocosa. -Murmuró alzando una ceja mientras daba tres palmadas en la mejilla de Lana.
Solo se llevaban dos años de diferencia pero Lana odiaba que la llamase mocosa, enana, pequeña o derivantes... y por eso lo hacía más.

***

Hayley sintió cómo un escalofrío le recorría la columna vertebral y casi adormecía su visión mientras su mente masoquista trataba de procesar el motivo de la llamada.
Ha fallecido, ha fallecido, ha fallecido.

"But I'm only human
And I bleed when I fall down
I'm only human
And I crash and I break down
Your words in my head, knives in my heart
You build me up and then I fall apart
Because I'm only human"

Su expresión no era ni siquiera de horror, ni de tristeza, simplemente se había quedado congelada con la boca en linea recta y la mirada perdida en las siluetas ahora borrosas de Debby y sus compañeras de curso. Trataba de sostener el móvil con fuerza a pesar de que las manos le temblaban exageradamente, y trataba también de encontrar su voz para poder responderle a la mujer del otro lado de la llamada.

-Entendemos que esto supondrá un shock severo, señorita Lawson, por lo que no es necesario que responda.

-Mo... -No. Definitivamente Monique se había llevado su voz.

-Es menester que si desea ver a su madre lo haga durante el día de hoy. Pasadas las veinticuatro horas se llamará a la funeraria. -Descansó un segundo antes de volver a hablar-. El hospital entero le da su más sincero pésame.

Dio una bocanada de aire, tragó saliva y respondió:

-S-sí, entiendo, sí... -Tartamudeó antes de colgar al ver que Debby se acercaba a ella para despedirse.

-El vuelo va a salir en cinco minutos, Hay. -Explicó con una sonrisa plena que para Hayley, de algún modo, suponía un pequeño rayo de luz entre tanta oscuridad.

-Monique... -Musitó.

Mensaje para los/as lectores/as:
¡Lo siento! se que este capítulo ha sido bastante corto pero pronto subiré la segunda parte de "Destino a París", no os desesperéis.
Tampoco me odiéis mucho por lo de Mami Lawson y el ninfomano -de broma- Andrew.

¿Hayley le dirá a su hermana que Monique ha muerto? ¿ella no viajará a Paris? ¿Andrew tendrá sexo en exceso y en el proceso le pedirá un beso a la tipa esa?
No, no. Andrew no pide besos, jajaja.

¡Espero muchos comentarios! entre más comentarios sean, menos días tardaré en subir la continuación.

Labios de hieloWhere stories live. Discover now