55

11 1 0
                                    

—Estará aquí en cualquier momento —dijo Esteban mirando por la ventana

La noche había caído, sabía lo alterados que estaban todos, Maritza puso al tanto a Liza de lo que estaba pasando, se enojó, pero luego lo entendió; lo que no entendía era lo de Alessio, pero no era necesario de entender, él y yo ya lo sabíamos lo habíamos sabido desde hace tiempo que nunca íbamos a terminar juntos. No importa cuánto nos amaramos, la vida siempre nos llevaba por caminos diferentes, suspire y cerré los ojos, me dolía, pero era mi única forma de ayudarlo haciendo me a un lado.

Las luces se apagaron, la puerta se abrió y Alessio entró, cuando la luz regresó su hermano mayor estaba en la sala.

—¿Qué haces aquí Santino? —Pregunto Alessio

—Dijiste que ella no recordaba, pero me llamó, no parece tener amnesia, hermanito —dijo él

—No lo sabía —dijo él —Pero no permitiré que le pongas un dedo encima

—He que me puedo defender perfectamente yo solita —dije poniéndome a su lado —¿Cómo estás, Nicolás? Hace tiempo

—Achilles —Respiro me miró de arriba para abajo —Te ves muy bien —Se acercó a mí y pasó el dorso de su mano por mi rostro —Sabes cuantas veces te vi en mis sueños, nunca has tenido respeto por los sentimientos, pero eso te lo enseñé yo

—No te des atribuciones innecesarias —dije apartándome de su toque

—Me gustaría que esta fuera una situación diferente, así podría decir lo feliz que me hace que estés viva, y lo mucho que me dolió tu perdida, creo que no fui el único, ¿era parte de tu plan? Pero —Sonrió —Como ese no es el caso —Miró a sus acompañantes, eran unos diez —Muchachos, atrápenme, hermanito, no te metas

—No lo hagas Nicolás —él lo sujeto

—Lo siento hermanito, la orden es matarla —dijo mirándome, no quería hacerlo

Comenzaron a avanzar hacia mí y Beyno quien no había dicho nada, se paró frente a mí.

—Bueno, tendrán que pasar sobre mí —dijo él

—¡Beyno! —Ellos se lanzaron hacia nosotros, hice a Beyno para atrás y golpe a dos, desequilibre sus piernas, al golpearlos con la mía, Kate grito, tome una bola de hierro y le lancé a uno, este cayó, dos, tres, no había nadie más, Nicolás me miró —Creo que no queda nadie más, ahora es mi turno ahora hagamos un trato

—¿Un trato? —Chasque los dedos y trajeron a Emiliano con una capucha en la cabeza —Te falto uno —Mire al hombre que se estaba levantando, sacó un cuchillo

—Beyno quítate de ahí —No lo hizo, corrí y me puse en enfrente, escuché un chillido

—Maldita sea qué haces —Escuche

—Mierda sostuvo el cuchillo con sus manos —Apreté sus manos y soltó el cuchillo, noqueó al sujeto y miré a Nicolás, me acerqué a él

—Crees que no te mataría, puedo hacerlo, créeme, pude haberme ido con los rusos o españoles, pero estoy aquí queriéndote salvar el maldito pellejo —No dijo nada, destaparon a Emiliano, me acerque a Beyno —¿Estás bien? —Le pregunté

—Maldición deja de hacer del maldito 007 por una vez —Sonreí

—Hola, Santino —dijo Emiliano —Porque no me desatas y cavamos con la bruja juntos —Airó, entro y reprodujo el video

—¿Qué es esto? —dijo Nicolás

—El verdadero video de lo que pasó ese día —Él lo miró y después a Emiliano

SeducciónWhere stories live. Discover now