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009

{Narra Jaebum}

A la mañana siguiente me dirijo a la cafetería, voy caminando por la acera pensativo, completamente nervioso, sé que Jinyoung leyó la carta que dejé en su mochila, y aunque me hubiera gustado expresar mucho mejor mis sentimientos, terminé describiendo la persona que es él para mí, desde que lo conocí.

Estando a pocos metros de la cafetería lo veo de pie afuera, mirando su teléfono, me doy cuenta de que la cafetería está cerrada, está tan concentrado que no se da cuenta de que me voy acercando.

—¿Qué lo trae tan concentrado?— le pregunto, da un salto del susto, lo cual me hace reír.

Me mira con una gran sonrisa, y yo trato de mantenerme muy confiado en el exterior, pero por dentro, los nervios me consumen.

Es que es él.

—Buenos días Jaebum, solo miraba una foto...— me dice guardando su teléfono en su bolsillo.

Veo al dueño de la cafetería acercarse rápidamente con las llaves en su mano, se lo ve preocupado.

—Buenos días, ¿Ustedes son los chicos que vienen todos los días? ¿Verdad?— nos pregunta mientras abre la puerta principal.

—Así es, nos vemos aquí todas las mañanas.— le digo con una leve sonrisa amigable.

—Lamento abrir tarde, uno de mis muchachos renuncio ayer y estoy tratando de encontrar alguien que lo remplace, lamento la molestia...—

—No se preocupe, esas cosas pasan...— le dice Jinyoung.

—Sé que vienen todos los días por las mañanas, siempre los observo, lo siento por este inconveniente, hoy los cafés los invito yo...— nos dice, nos miramos y sonreímos.

Al entrar nos sentamos donde siempre, Jinyoung cruza las piernas como siempre, el dueño nos sirvió los cafés y estuvimos conversando con él por varios minutos, nos contó que su sueño siempre fue abrir una cafetería, desde que era muy joven.

Y le alegra mucho lograrlo.

—No puedo creer que se conocieron aquí...— nos dice sorprendido —siempre al verlos creí que eran amigos de toda la vida...— nos sonríe —... en fin, qué agradable sentimiento, saber que mi restaurante es testigo de una amistad tan bella.— luego de decir eso se fue a atender otras mesas, las personas comenzaban a llegar.

Entonces mi mirada se fija en la persona frente a mí, Jinyoung, quien se pone nervioso, automáticamente.

—¿Está todo bien?— le pregunto.

—Todo bien...— me dice.

—Una vez más, se encuentra usted muy pensativo, siento que algo inunda su mente estos últimos días...— le digo.

—En realidad hay muchas cosas en mi mente... no sé cómo explicarlo.—

—Sí desea, puede contarme.— le dije, colocándome el sujetador de cabello en el mechón de siempre.

—En realidad no sé ni cómo explicármelo a mi mismo.—

—Lo entiendo...— le dije bajando la mirada.