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005

[Narra Jaebum]

Puedo verlo pedir su café americano, tan amablemente, trae una sonrisa consigo desde tan temprano, eso bastaba para alegrarme el día, simplemente una persona tan risueña, me iluminaba las mañanas, y eso me llenaba de mucha ansia, de entrar y volver a hablar con él.

Crucé la entrada y apenas iba un paso adentro cuando su mirada se encontró con la mía, había estado esperándome.

Pedí mi capuchino, me senté de nuevo, frente a él.

—Buen día.—

—Buen día, Jaebum.—

Ya ahí está, esa sonrisa.

Y no dudo ni por un segundo, lo atraído que me siento por él.

Pero es algo que no debía mencionar.

—¿Cómo le va? Enseñando a niños, imagino que la debe estar pasando muy bien trabajando de ello.— le pregunté, él pensó un poco antes de hablar.

—Es increíble, estoy teniendo unos días muy buenos últimamente, todo va de maravilla, creo que me irá muy bien en esto.— dijo para luego dar un sorbo a su café.

—Me alegro mucho por usted...- hice una pausa -... joven Park.—

Noté que se estremeció al oír que le llamaba de esa forma de nuevo, y sonreí burlonamente, pero es que su inocencia me generaba tanta ternura, y no era capaz de decirme de nuevo, que solo le llame ''Jinyoung''.

—Oh, Jaebum, estuve leyendo su libro toda la noche, es realmente impresionante, la forma en la que compara el arte de la poesía con la guerra, como vivir una batalla constante al crear arte, batallando con muchos obstáculos, y al final los poetas buscan poder escapar y descansar de su guerra, se la pasan buscando un lugar ideal y aunque aún no lo he terminado de leer, es realmente hermoso...— dijo todo eso tan rápido que me sentí un poco abrumado, nunca le había escuchado hablar tan rápido.

Pero sonreí al pensar en lo importante que había sido para él, leer mi libro.

—Eh... yo, bueno, me alaga que le haya gustado mi libro, le tengo un cariño especial a ese en específico.—

Lo vi sentirse un poco incómodo de pronto.

Lo miré con un gesto de preocupación.

—Perdóneme, en verdad, creo que hable muy rápido, es que el libro es mágico, lamento mucho si ahora seguramente estará pensando que soy un chico obsesivo, pero no es así, es solo que está gustando mucho...—

Levanté una ceja.

—¿El libro?—

Sonreí de lado, mirando como comenzaba a pensar mucho las cosas, podía controlar sus emociones con ese tipo de preguntas tan simples, haciéndolo confundir y ponerse aún más nervioso.

—Eh... ¿Qué?.—

Esos nervios suyos no tenían una explicación muy lógica.