Capítulo 43

6K 551 46
                                    

—Estás loco —le solté de inmediato, Carsten no hizo ningún gesto, se quedó frente a mí con una expresión seria, demostrándome que no bromeaba—. ¿Por qué?

Pregunté. Quería saber sus razones, aunque él y la duquesa no habían conversado demasiado en la carrera, me parecía que se llevaban bien, tal vez faltaba conocerse un poco más para encontrar la química entre ellos, sin embargo, Carsten se negaba a ello.

—No debería de estar aquí.

Fue lo que respondió.

—Esa no es una buena respuesta.

—Pero es una.

Suspiré y me aparté de él caminando por la habitación mientras pensaba.

—¿Por qué lo haces? —Pregunté, su entrecejo se frunció levemente.

—¿Hacer qué?

—Apartar a todos de tu vida como si no fuera tan complicado.

Carsten intentó no bajar la cabeza, su semblante se volvió serio, me miró con sorpresa claramente no veía venir mi comentario, yo tampoco pensaba en hacerlo, creo que fue de esas ocasiones en las que uno dice lo que piensa en el momento, habla sin pensar.

Noté que tragó con fuerza antes de hablarme, pero negué y no lo dejé hablar.

─Lo siento, no fue mi intención...

Por su expresión, fue claro que mi comentario abrió una herida dentro de él.

Está vez, negó él.

─No, tienes razón ─dijo segundos después y su mirada se encontró con la mía─. Me temo que aparto a todos de mi vida de ese modo.

─No quise decir eso exactamente ─insistí, porque había cierto dolor en él. Mis palabras le habían afectado y me sentí mal por ello.

─Es cierto ─se encogió de hombros y dio un paso hacia mí, después de recuperar su actitud segura─. Y nunca deberías de disculparte con nadie por compartir lo que piensas.

Fui yo la que se sorprendió de su comentario, Carsten era el príncipe, estaba en su palacio, su hogar, si él hubiese querido, hubiera tomado mi comentario como una ofensa y mandarme a casa de inmediato, pero aquí estábamos los dos, él diciéndome que no debería disculparme por compartir lo que pienso, aquello me hizo sonreírle, fue una sonrisa que se desvaneció cuando me senté en el borde de la cama y él vino a mi lado para sentarse.

─Supongo que todos alguna vez solemos hacer eso, ¿no? ─inquirí para no dejar que un silencio incómodo se formara a nuestro alrededor─. Apartar a las personas de nuestro lado como si nada.

─Cada persona tiene sus motivos para hacerlo.

─Cierto ─por mucho que yo no quería, el silencio llegó en la habitación─. ¿Por qué lo haces?

Me atreví a preguntarle nuevamente, está ocasión, Carsten suspiró y se quedó mirando a un punto fijo de la habitación antes de responder mi pregunta, aunque tenía la respuesta en la punta de la lengua parecía pensarla con cautela.

─Porque no es lo que quiero ─habló y volteé a verlo, su rostro estaba sereno─. Toda mi vida crecí con que tendría cierto control de mi vida, tendría cierta libertad a diferencia de Edmond, sin embargo, aquí estoy atándome a un destino que ni siquiera se siente mío.

─¿Es por eso que no quieres a ninguna de las duquesas?

Una mueca se formó en él.

─Podría quererlas ─habló, sentí que no mentía con ello, que de verdad podría hacer el intento por querer a alguna de ellas─. Pero yo quiero algo que se sienta real y no un compromiso, no algo falso.

Si la corona te quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora