Capítulo 19

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Me tomó un tiempo ser consciente de la situación.

Estaba besando a Carsten.

No era un sueño. Era real.

Los dos nos apartamos lentamente, mi corazón había comenzado a latir con gran fuerza mientras el peso de la situación me caía encima. Había sucedido sin pensar, de manera espontánea, pero había sido suficiente para descolocarme.

Me quedaba claro que las personas a veces actuábamos sin pensar cuando no estábamos en nuestros mejores momentos. Decidí culparme a mí misma y todo el peso de la realidad que estaba viviendo, cuando por fin capté que todo esto era real y había besado al príncipe. Entré en pánico.

─Esto no es correcto. ─Dije más para mí misma que para Carsten, quien seguía parado frente a mi puerta con una expresión seria. Negué─. Deberías irte ahora.

No quería que se quedara un segundo más frente a mí, no cuando mi corazón latía con una gran fuerza que en cualquier segundo me daba la sensación de que se me saldría del cuerpo, estaba perdiendo todos mis sentidos. Carsten me miró incrédulo por mi repentino cambio de humor, pero ¿qué debía hacer? No estaba bien besarse con el príncipe, en especial cuando era su casamentera.

Lo vi abrir la boca como si fuera a decir algo, pero no le di tiempo, era una ventaja que siguiéramos junto a la puerta de mi habitación porque solo bastó con empujarlo un poquito para que de nuevo quedara fuera de ella y yo pudiera entrar y cerrar la puerta frente a él.

—¡Espera, Blair! —Fue lo único que alcancé a escuchar salir de él.

Me quedé junto a la puerta sosteniendo el pomo de ella para que Carsten no intentará abrirla, ni corazón latía con tanta fuerza que me dolía.

¿Qué has hecho, Bali? Me regañé a mí misma.

Oh vamos Blair, te ha gustado... el príncipe besa bien, más que bien...

La otra vocecita en mi cabeza habló. Apreté los labios en una fina mueca, no estaba lista para esto, en realidad, no estaba lista para nada relacionado a este trabajo y al príncipe.

¿Y si hablaba con Mirian y le pedía que mandara a otra casamentera en mi lugar? Era arriesgar mi trabajo y las probabilidades de que me corriera una vez que llegara a casa serían muy grandes, sin embargo, no tendría manera de ver al príncipe a los ojos de nuevo o platicar con él a solas si tendría qué hacerlo.

Cuando por fin me alejé de la puerta giré sobre mis espaldas para contemplarla y ver que no iba a abrirse, seguro que Carsten ya se había ido. Me pasé las manos por mi rostro al tiempo que solté un bufido y me fui a la cama dispuesta a dormirme, pero de nuevo como en noches anteriores, no pude conciliar el sueño fácilmente, esta noche solo estuve rodando de un lado a otro por toda la cama y soltando quejidos de vez en cuando.

***

Me puse boca abajo y me eché la almohada encima en mi intento de ocultarme de la Luz que entraba por la gran ventana de la habitación, ¿qué tenía Louisa con abrir las cortinas en cuanto entraba por las mañanas?

—Mmm... Lo que sea que tenga qué hacer, no quiero...

Solté y escuché que se río de mí y mi actitud de niña pequeña.

—Vamos Blair, hoy será un bonito día.

—Dudo que lo sea. —Volví a girar en la cama para quedar ahora boca arriba pero aún seguía cubriéndome con la almohada.

No quería salir de la cama y mucho menos de estas cuatro paredes que eran mi lugar seguro.

─Blair...

Si la corona te quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora