Abundancia/ Escasez

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Carlos: 

Me levante esta madrugada pensando en mi madre... siempre la recuerdo, entendiendo que, la vida está llena de misterios y sorpresas por descubrir, siempre vivimos en un constante cambio y esos cambios pueden arrastrar oportunidades o desafíos, conocemos personas familia y no familia, solo de rostro, pero no de espíritu. Conocemos en este camino personas que nos sorprenden y las que nos hacen dudar de nosotros mismos. Ya mis hijos crecieron y creo me perdí la mejor parte de su vida... estar en su infancia, pero, así es la vida y en vez de quejarnos, debemos aceptar y seguir... ¿Qué si me he arrepentido? Claro que sí... en muchas ocasiones. - Se preguntaba Carlos aquella madrugada.

Muchos esconden secretos que se llevan a la tumba, otros los dan a conocer como una forma de enseñarte a mejorar como persona. ¿Buenas o malas decisiones en el pasado? Sea buena o sea mala afectará tú presente y tú futuro. ¿Pero porque regresar al pasado si ya pasó?

Porque a veces en el pasado están las respuestas a todas las dudas que tienes hoy en día. observó a Rosa, está profundamente dormida, amaneció de guardia como enfermera en el hospital el día anterior y debe descansar, recapacitando en todo lo que ella le ha tocado vivir desde niña, y creo que se merece lo mejor del mundo, es una exente madre y me ha ayudado y apoyado tanto con mis hijos, sin ella, no sé qué fuera sido de ellos. Rosa era hija de un matrimonio dentro de una muy buena situación económica. ¿Pero qué la llevó a alejarse de sus padres y pasar tantas dificultades? La finca llamada las Lomas, fue el hogar donde vivimos los primeros 3 años de casados, ahí dio sus primeros pasos mi hija mayor... Antonieta. -Murmura en silencio, trasladando su pensamiento a un tiempo atrás.

Mis 4 hermanos, 2 hermanas y yo, no tuvimos la oportunidad de compartir con mi padre, al ser solo un niño de 10 años, se metió en un problema con la justicia y se dio a la fuga, dejando a mi mama sola al cuidado de nosotros. Este fue el motivo por el que, mi madre no pudo colocar el apellido de nuestro padre cuando saco la partidas de nacimiento, quedando asentados ante el jugado con un solo apellido el Morles de mi madre. Es así pues que, nos tocó vivir en un campamento militar en compañía de nuestros tíos entre ellos, el General Sebastián Morlés, en la época del gobierno del dictador Marcos Pérez Giménez un buen tiempo hasta que, un día salieron en busca de los guerrilleros que estaban escondidos en esas impenetrables montanas cuyo propósito era tumbar el gobierno dictador, los hermanos de mi madre eran generales para aquella época. En medio del camino fueron emboscados y acribillados por las fuerzas oponentes, el general Sebastián al verse derrotado y ver a sus hermanos tendidos, no le quedó de otra que esconderse ente los muertos y de esta forma, hacerse pasar por un muerto más, tendido y lleno de sangre, sin hacer ningún movimiento, hasta que el enemigo se alejó. Le toco deserta del gobierno e irse lejos de la comunidad.

Así pues... con tan solo 13 años, me toco trabajar en un trapiche, debía ayudar a mama y conseguir dinero para dar de comer a mis hermanos menores. Trabaje en ese lugar donde se molía la caña de azúcar, para luego hacer el papelón de azúcar, quería estudiar, era muy bueno para aprender, pero mi padre, quien nos visitaba de ves en cuando a escondidas, me saco de la escuela, al pensar que estudiar era una pérdida de tiempo y que el hombre se formaba era trabajando y no estudiando. Es así pues que, en este lugar de trabajo, en mis labores de meter la caña una por una en el molino, una de mis manos resbaló con la caña por el sudor de aquel día, y llevo uno de mis dedos directamente al molino, quedando todo destrozado.

En ese momento, le avisan a mi madre y ella, me lleva de urgencia al hospital en la ciudad, viajado 3 horas en trasporte hasta llegar, estando ahí me cocieron la herida, pero el dedo no pudo ser recuperado, ya que se molió junto a la caña. Estuve con mi madre en recuperación por más de una semana y lo que jamás podré olvidar, aparte de mi dedo perdido es que, todos los días, un grupo numeroso de militares muy bien armados, con uniformes color verde camuflados, hacían visita habitación por habitación en una completa revisión de las instalaciones, para percatarse de que estuviera todo muy bien ordenado, predominaba una limpieza total, además, olían el cuerpo de cada paciente para saber si estaban bien atendidos, de lo contrario, el enfermero y medico era llevado a una cárcel a recibir su castigo.

Las Muñecas de PaPel. De lo Ordinario a lo Extraordinario.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora