Ekko necesita arreglar su reloj

18 : Vander

Vander tarareó, acariciando con las manos la parte superior de la barra. Necesita un nuevo acabado.

Mucho necesitaba un nuevo trabajo. Vi había sugerido muchas cosas, pero las cosas nuevas cuestan dinero y el dinero no es algo que se deba gastar. No es que Vi fuera a desperdiciar dinero, él confiaba en ella para hacer uso de lo que tiene, pero Vi tiene mucho que aprender cuando se trata de dinero. El bar no era el único generador de dinero de Vander. Usó varios canales secundarios para invertir en algunos negocios en Piltóver. Las acciones de Piltovian eran lucrativas, y con los rumores dispersos de un sistema de viaje rápido, estaban a punto de explotar.

Al menos eso es lo que esperaba. Invertir siempre es una apuesta y siempre debes tener confianza en tu tesis. Estaba seguro de que Hextech iba a ser un fabricante de dinero.

Un golpe en la madera interrumpió sus pensamientos. "¿Qué tienes en mente barman?" Vlody, un habitual, lo ha sido durante muchos años.

“La capota necesita un nuevo acabado, demasiado desgastada, no quiero dejarla en este estado.” Casi todos los que vinieron al bar sabían que Vander se jubilaría pronto. Semi-jubilado. Todavía tenía que cuidar a su gente.

"Conozco a un chico". Vlody se encogió de hombros, tomando un sorbo de su whisky.

Vander asintió. Vlod conocía a mucha gente.

“Las bebidas corren por mi cuenta durante la próxima semana. Para ti y tu chico.

Vlody brindó por él. "Suena como un trato, mi amigo".

La sonrisa se deslizó de sus rostros cuando las puertas se abrieron un poco más fuerte de lo que le hubiera gustado.

ah

Sevika.

Sevika no había estado en el bar durante mucho tiempo. Pasó demasiado tiempo husmeando en el bar pero nunca entró. Esto era diferente.

Sevika le indicó que se sentara mientras tomaba un taburete. "Algo fuerte". Sus matones se dispersaron por el bar. Sí, ella estaba aquí para pelear. Todos los demás también lo sabían. El bar comenzó a vaciarse salvo por sus clientes habituales. Una pelea pareja entonces.

Vander asintió, ocupando sus manos con dos tragos. "¿Qué te trae hoy?" Preguntó, sus ojos nunca dejando el vidrio.

La pregunta fue ignorada.

Colocó dos vasos frente a la mujer. Uno para ella y otro para él. Sentía que iba a necesitar uno. Rodeó la parte superior de la barra. Miró hacia arriba en busca de sus guanteletes, perdidos, Vi había olvidado volver a ponérselos. Tendría que arreglárselas.

Vander se deslizó en el taburete al lado de Sevika y tomó un sorbo de una de las bebidas. Sevika lo miró por un momento antes de hacer lo mismo.

"¿Cuál es tu negocio aquí?" Él sabía muy bien. Vander solo quería escucharlo de ella, valoraba la honestidad y la lealtad, Sevika había carecido de ambas desde que Silco regresó de cualquier lugar en el que había vivido.

Sevika se burló pero mantuvo los ojos en su bebida. “La mierda tiene que empezar a moverse. Siempre saliste para la ciudad subterránea. ¿Ahora que? Haces tratos con los mismos ejecutores que odiabas. Ella le dirigió una mirada. Uno que Vander había visto en Silco hacía mucho tiempo. Era frustración, impaciencia y desesperación, todo en uno. Lo entendió, pero no era la respuesta, nunca lo será.

Sí, tenía una aversión feroz por los ejecutores que venían a los Lanes pensando que eran los mejores, la ciudad subterránea escupió a esos ejecutores. Grayson era más su velocidad. Entendió cómo funcionaba el mundo tanto aquí como en la superficie.