Después del caótico multiverso, Peter ha pasado sus días en soledad, tratando de convertirse en una mejor versión de si mismo.
Su oportunidad de iniciar de cero, en paz y fácilmente, es corrompida cuando su realidad sufre otro daño.
Las cosas no se...
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Al día siguiente, para Andrew y Peter el sol salió a las dos de la tarde.
Peter ordenó comida rápida y espero sentado en la entrada a que llegara su desayuno/almuerzo. Mientras Andrew estaba dentro arreglando el desastre que hicieron anoche.
Peter sonrió al recordar el desastre en el estudio. Era gracioso y raro la clase de persona en que te vuelves cuando estás caliente. « Y enamorado» agregó su consciencia.
Los labios de Peter se curvaron hacia arriba, en una sonrisa amplia. Ya no peleaba con la voz en su cabeza, no iba contra sus deseos. No más.
Recibió la comida, pagó, y regreso a la casa con Andrew. Encontró al hombre en una silla frente a la máquina. Tenía una pieza en la mano y estaba a punto de calzarla en el aparato.
Peter se extrañó por tal cosa, pero fingió que no le alertaba para nada.
—¿Planeando conquistar el mundo de nuevo, Pinki? —dejó la caja de comida china en la mesa al costado de Drew.
Peter se llevó 2 cucharadas a la boca, el arroz estaba suelto y caliente, justo como le gustaba.
— Conquistando tu corazón me basta y sobra, cariño. —Andrew colocó esa última pieza y sonrió victorioso— Ya está listo.
Andrew estaba orgulloso de terminar, su sonrisa irradiaba luz de lo feliz que estaba. Luego, cuando proceso todo lo que significaba la buena condición de la máquina, formó un gesto alicaído. Peter lo notó a simple vista.
— Solo nos hace falta probarla y está hecho. —se esforzaba por mantener es alegría, pero era malo actuando.— Viaje multiversal asegurado.
Peter se le contrajo el corazón. Había pensado en este momento anoche, ya tomó una decisión al respecto, y nadie le iba hacer cambiar de opinión.
— Bueno, termina de comer, haces tus pruebas y nos vemos en el cuarto. —lo abrazó por la espalda y le dió un beso en la mejilla— Hoy no tengo ni cabeza para ser el asistente de un científico.
Peter se iría con su comida sin decir más, pero Andrew se giró y lo agarró por la cintura y lo sentó en su regazo.
— Ven acá, pequeña arañita. —Peter no paraba de reír, al ver la emoción que de pronto invadía a Andrew— ¿No te irás enserio?
Andrew lo miró con la curiosidad del mundo reunida en sus pupilas. Y era más que eso, había desesperación. La latente necesidad porque fuera real lo que Peter decía.
— Tuve oportunidad de ser miserable. —dijo Peter, reflexivo— Ahora quiero concentrarme en esto.
—Wow, eso no suena muy de tí. —dijo Andrew, inseguro.—¿Peter pensando en intereses propios?
— Supongo que no afecta a nadie. Ya Wanda lo dijo. Debo atender solo mi bienestar.
