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Hace demasiado frío y la verdad es que quisiera hablar con papa para saber qué hacer con Taiju, ya que no quiero que vuelva a su casa hasta que él y sus hermanos estén listos. Hubo demasiado daño de su parte hacia ambos chicos, sobre todo a Hakkai que a pesar de su altura sigue siendo un niño que perdió a su madre.

- ¿Que vamos a hacer ahora? - pregunto el peli azul mientras seguimos mirando hacia la nada.

- ¿Hum? creo que vamos a mi casa, y lo mejor sería que te alejes un tiempo de tus hermanos.

-Ya, vámonos.

Comenzamos a caminar mientras él tomaba mi mano con fuerza, como si pensara que podría perderme o algo parecido así que me aferre a su brazo sonriendo. Puede que tengamos diferencias, pero no quita que en el fondo es un buen chico y que con un poquito de paciencia podemos hacer grandes cosas juntos.

- ¡jefe! - la voz de Kokonoi se hizo presente así que ambos dimos media vuelta para ver al peli negro junto a Inupi mirándonos.

- ¿Que pasara ahora? - pregunto el rubio.

-Los Black Dragons pasaron a manos de Hanagaki, yo me voy a retirar del mundo de las pandillas. Ahora tengo que cuidar a alguien muy importante para mí.

-Ya veo- dijo Inui sonriendo. - Espero poder seguir siendo de ayuda para ustedes.

-Siempre serán nuestros amigos, feliz navidad- dije sonriendo por lo que ambos me devolvieron el gesto.

- ¿Tn?- pregunto Taiju mientras subíamos a su motocicleta.

- ¿Qué pasa?

-Nada, solo... -antes de que terminara su frase corrió un mechón de mi cabello y lo coloco detrás de mi oreja- Gracias por salvarme- quede mirándolo sonriendo cuando sus labios tocaron los míos.

(...)

En algún lugar del cielo

- ¿Ya la encontraste? - pregunto aquel serafín que miraba a la tierra con lágrimas en sus ojos.

-Aun no, pero cuando pueda saberlo... ¿qué harás? - contesto el arcángel.

-Dejar que ellos tengan la felicidad eterna, la que a mí solo me dejaron tener unos simples años de aquellos que viven los mortales.

Aquel serafín hace siglos había sido elegido para participar de este juego, lo que el creador no sabía es que ambos se habían enamorado y sus sentimientos llegaron al punto de verse a escondidas cada vez que Lucifer subía a hablar con la deidad.

-Solo ten cuidado con lo que haces- hablo el castaño mientras se alejaba.

-Si no lo hago, tn puede correr mucho peligro... Mi querida Ariada, pronto estaremos juntos.

(...)

En uno de los rincones más oscuros de la tierra se encuentra una mujer con cadenas por todo su cuerpo mientras que en su boca se encuentra cocida con un hilo creado por dios para que no pueda gritar por su amado. Lo único que puede hacer es gritar de dolor y llorar porque está lejos de la persona a la que le dio por completo su corazón. 

Tantos siglos aquí, sin comer ni beber hace que la rabia le haga planear una venganza contra aquel que la tiene prisionera. Los dos querubines más fuertes son los que custodian la fría y húmeda cueva en donde está la mujer de cabello rojo.

- ¿Quién crees que gane? - le pregunto un querubín a la mujer mientras colocaba piedras calientes en sus pies.

Un grito ahogado salió de la mujer mientras aquellas espinas que tenía dentro de su boca se introducen en sus mejillas provocando que la sangre brote.

- ¡Aun no era tiempo de su tortura! - hablo el otro mientras que miraba hacia el otro lado sin importarle el dolor que Lilith sentía.

-Creo que fue solamente un error. -contesto mientras se encogía de hombros.

-Ya quédate quieto, ¿sabías que cupido y el destino también están participando de todo esto?

(...)

En la tierra

Narra Tn

Papá mira a Taiju de pies a cabeza mientras mis hermanos simplemente discuten entre ellos de todo lo que les acabo de contar. Realmente no entiendo como llegamos al punto de que el peli azul esta apunto de ponerse de rodillas delante de mi padre.

-Yo opino que es un buen chico-habló la abuela mientras tenía un vaso de whisky en la mano.

-Mamá, ¿de dónde sacaste eso? -preguntó papá caminando hacia ella para intentar quitar el vaso.

-A ti no te importa de donde lo saque- le dio con el bastón en una de sus piernas haciendo que el pobre suelte un chillido de dolor. - Yo soy la matriarca de esta familia, y yo tomaré la decisión correcta para mis nietas.

-Abuela- hablamos varios de nosotros al unísono.

Ella se acercó a Taiju y lo miro a los ojos mientras que con su mano libre tocaba su barbilla, como si estuviera examinando cada parte de su rostro. Todos quedamos en silencio esperando cuál sería la decisión de la abuela pues pocas veces ella toma cartas en el asunto y esto es algo demasiado importante para todos nosotros.

- ¿Qué opinas abuela? - preguntó María mientras tomaba de su copa de vino.

-Ellos pueden seguir saliendo- dijo sonriendo a lo que ambos dimos un suspiro de alivio. -Pero, él tiene que librarse de esa situación por sus propios medios. ¿Crees que te daré a mi nieta así de fácil?

-No, señora- respondió Taiju con la mirada en alto. - Voy a ser un verdadero hombre y saldré solo de los problemas que tengo...- al decir esto me miró fijamente mientras tomaba mi mano- pero solo quiero pedirle algo.

-Dime.

-No aleje a Tn de mi lado- aquello hizo que mis hermanos dejaran sus copas de lado y quedarán asombrados por lo que dijo- Ella es como un ángel para mí, aunque todos piensen que es un demonio... Ella es la que ha estado para mí en los momentos más importantes en mi vida y no quiero perderla.

-Vaya, mi nieta ha conseguido un buen hombre. Puedes seguir saliendo con ella, pero solo te daré mi bendición cuando te hayas hecho todo un hombre.

-Y la verdad es que aprecio eso- dijo dándole un beso en la mano a la mujer mayor.

-Bueno solo porque hoy es navidad, ¿qué quieres comer? - dijo mientras tomaba del brazo a Shiba.

Papá simplemente río por lo bajo mientras que miraba a la abuela ser llevada al comedor por aquel chico de cabello azul.

-Hay algo que ese chico dijo y que tiene razón y fueron las palabras de tu madre cuando eras un bebé- habló el hombre por lo que le mire- Eres un ángel aunque parezcas un demonio.

Al decir esto comenzó a desordenar mi cabello por lo que mis hermanos comenzaron a reír e imitaron su acción, comienzo a reírme mientras que Sebastián y Christian tocan mis costillas haciéndome reír.

- ¡Dejen de comportarse como niños y vengan a la mesa! - gritó la abuela desde el comedor.

- ¡Ya vamos! - gritamos todos mientras reímos.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡 (Taiju Shiba x Tn)Where stories live. Discover now