EPILOGO

482 32 1
                                    

Una castaña estaba afuera de su casa podando el césped. Estaba de vacaciones y quería aprovechar ese tiempo haciendo algo productivo. El clima era perfecto para realizar esa actividad, ni mucho sol ni mucho frío. Le encantaba tener su casa presentable. Mientras tatareaba una canción, manejaba la podadora como toda una experta, hasta que...

KARMIN! -De repente, escuchó su nombre desde la puerta de su casa.
Se giró para ver quién la llamaba y vio a una rubia con el ceño fruncido y las manos en la cintura.

Suspiró y pensó: "Aquí vamos de nuevo, ¿Qué hice ahora? ¿Por qué no puede olvidarse de esos apellidos?".

Jennie: Dime, cariño - dijo Jennie pasando saliva.

-¿Dónde está mi chocolate suizo? - preguntó la rubia , visiblemente enojada.

Jennie: Lo traerán en una hora - respondió Jennie, tratando de calmarla.

-¡Una hora! ¡Una hora! - exclamó la rubia frustrada - Iré a comprarlo yo misma, me daré diez vueltas y de paso traeré pizza para la cena.

Jennie: Mi vida - se acercó a la rubia y abrió sus brazos, y ella se dejó caer en ellos - En una hora tendrás tu chocolate, lo prometo - dijo Jennie mientras besaba la nariz de su hija.

-¿De verdad lo prometes? - preguntó la rubia, con una expresión angelical.

Jennie: Lo prometo - respondió Jennie, esta vez besando la frente de la rubia .

-Te amo, mami - dijo la pequeña rubia, dándole un beso en la mejilla a su madre.

"Bipolar, al igual que su madre", pensó Jennie.

Jennie: Y yo te amo, mi ricitos de oro.

-No me gusta ese apodo - frunció el ceño.

Jennie: ¿Entonces cuál prefieres?

-Muñeca, porque cuando sea grande, quiero ser una muñeca como mi mami Lisa - dijo la pequeña rubia, mostrando su determinación.

Jennie: Bueno, tienes razón. Serás una muñeca hermosa como tu madre - abrazó aún más a la pequeña rubia.

-Y cuando tenga quince años, tendré muchos novios y novias - juntó sus manos en un aplauso.

Jennie: No, eso no, señorita. No tendrás novio o novia hasta que cumplas treinta años - Jennie no estaba de acuerdo con esa idea.

-¿A los treinta? Pero la tía Nayeon me dijo que tú, a los quince años, ya habías tenido como cinco novias - Jennie frunció el ceño nuevamente.

"Te voy a matar, Nayeon"

Jennie: Josie, la tía Nayeon está loca. Tú eres muy pequeña para tener novio o novia, y ni siquiera a los quince años saldrás con nadie. Mi última palabra - sentenció Jennie.

Josie: Veinticuatro - comenzó a negociar la pequeña rubia.

Jennie: Veinticinco.

Josie: Veintidós, tómalo o déjalo - Jennie se puso pensativa.

Jennie: Está bien - aceptó Jennie. Sabía que lo más probable era que su hija tuviera novio o novia a los quince años, pero mientras tanto, haría lo posible por evitarlo.

Josie: ¿A qué hora llega mami? - Josie extrañaba a su mamá.

Jennie: Llegará por la noche, cariño.

Josie: La extraño - dijo haciendo pucheros.

Jennie: Yo también, mi amor, pero sabes que ella está trabajando. ¿Qué tal si vemos una película? - sugirió Jennie.

Josie: Pero yo elijo la película - dijo con tono de mando.

Jennie: Sí, sí - bajó a su hija de sus brazos - Ve y pon la película, mientras yo guardo la podadora - le dijo, y la niña asintió y entró rápidamente a la casa.

La castaña vio la película con su hija y luego llegó el chocolate. La niña prácticamente se lo comió todo, incluso se embarró y también embarró a su madre. Jennie pensó que Lisa la iba a matar. A esta hora, la castaña ya estaba preparando a su hija para dormir, ya que Lisa no tardaría en llegar y quería estar lista para recibirla.

Josie: Mami, ¿me lees un cuento? - la niña estaba en los brazos de su madre, ya con su ropa de dormir.

Jennie: Claro que sí, mi amor - acostó a su hija en la cama.

Josie: Léeme el cuento de cómo se conocieron tú y mami - pidió.

Jennie: Josie, ya te sabes ese cuento - terminó de taparla.

-Pero me gusta, por favor, cuéntamelo si... si - puso una carita irresistible.

Jennie: Está bien - se acostó junto a su hija - Había una vez una hermosa princesa llamada Lisa, que vivía en una hermosa mansión - hizo gestos con las manos - Ella era muy bipolar y caprichosa... - continuó contándole el cuento a su hija, cuando vio a Lisa, su esposa, entrando a la habitación de su hija.

Jennie: Shhhhh, acaba de dormirse - le señaló a la pequeña castaña.

Lisa: ¿Otra vez el cuento de cómo nos conocimos? - se acercó a la cama.

Jennie: ¿Qué crees tú? - sonrió y se levantó lentamente de la cama - Hola, mi amor - tomó a su esposa por la cintura y le dio un beso apasionado.

Lisa: Veo que me has extrañado - colocó sus manos en el cuello de la castaña.

Jennie: Te hemos extrañado - volvió a besarla - ¿Ya cenaste? - le preguntó apenas se separaron del beso.

Lisa: Sí - se acostó junto a su hija - ¿No te dio mucho trabajo? - miró a su esposa, que estaba de pie al lado de la cama.

Jennie: No, aunque debo decirte que tu hija está muy caprichosa, no ha parado de llamarme Karmin, Kiom - se cruzó de brazos, sabía que su hija se había aprendido esos nombres por culpa de Lisa, ya que cada vez que estaba enojada la llamaba de esa manera.

Lisa: Claro, cuando se porta caprichosa es mi hija, pero cuando se porta bien, es tu hija - la castaña rodó los ojos.

Jennie: Sabes que tengo razón.

Lisa: Sí, sí - se levantó de la cama - Hasta mañana, mi amor - le dio un beso en la frente - Voy a darme un baño - dijo, y la castaña la abrazó por la espalda.

Jennie: ¿Nos bañamos juntas? - besó el cuello de su mujer.

Lisa: Sabes que sí - suspiró por el contacto de los labios de su esposa en su cuello.

Una hora después, ambas salieron del baño. En ese momento, Lisa estaba sentada en la cama, aplicándose algunas cremas en el cuerpo, cuando sintió cómo su mujer se colocaba detrás de ella y comenzaba a darle masajes en la nuca.

Lisa: ¿No te cansas? - sabía a dónde iba a parar la situación y le encantaba.

Jennie: Solo te estoy dando un masaje - sonrió pícaramente, pero en un movimiento rápido, Lisa se colocó encima de su mujer.

Lisa: ¿Sabes? Estuve pensando que ya es hora de darle el segundo nieto a tu madre - mordió el labio inferior de la morena.

Jennie: Ah, sí - llevó sus manos a los pechos de Lisa.

Lisa: Sí, y esta noche quiero que nos pongamos a trabajar en ello. Quiero que me embaraces - su respiración empezaba a acelerarse.

Jennie: Pues, ¿qué esperamos? - en un movimiento rápido, se colocó encima de Lisa. Tendrían una noche larga, muy larga.

FIN

Espero les haya gustado la historia <3 , quería terminar la historia antes de entrar a la Universidad de nuevo...

Yo cuidare de ti (Jenlisa)Where stories live. Discover now