Jules es una abeja reina de las buenas, se enamora del freak y él es demasiado hermético como para asumir que se ha enamorado de una princesa de secundaria amante del drama
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Narra Jules:
Steve Harrington me había mirando todo el puto rato, si ya estaba nerviosa por tener que decirle a mamá sobre mi suspensión, imagínense tener que soportar los hermosos ojos del mismísimo Steve, que no sabía cómo es que Nancy Wheeler lo había dejado por otro.
Terminamos de beber el té, me paré de la mesa, estaba nerviosa, recordé lo que pasó durante el día, pensaba en Eddie , pero era necesario ser así, él parecía incluso no defenderme de Sue, al final de cuentas, era una más de su banda, de Corroded Coffin.
— ¿Jules, por qué no vas a buscar más galletas? —Mamá me preguntó.
— Yo le ayudo, señora Henderson— Steve se paró de la mesa junto a mí.
Caminamos juntos hasta la cocina, yo me paraba de puntillas para alcanzar el mueble donde se supone que estaban, pero mi altura no me permitía aquello, escuché una risita de Steve, él me las alcanzó.
— Veo que has crecido poco— soltó gracioso y yo miré al piso.
—Bueno sí, soy baja— hablé nerviosa y tomé la bolsa— Es lo que hay.
— Hace un buen tiempo no te veía, Jules. El tiempo pasa volando, ya estás por salir— me sonrió.
— Pues sí...— no sabía qué más decir—Sólo quiero salir, anhelo con ansías la graduación, la escuela se me ha hecho pesada.
— El otro día estaba pasando por ahí y vi salir al freaky Munson— habló gracioso— ¿No me digas que aún no puede graduarse?—habló divertido, y yo sentí un nudo en mi estómago. Me faltaba incluso la respiración cuando me lo nombraban.
— Ah...pues...¿Munson?¿Munson?¿Edgar Munson?¿Edmund?— era pésima fingiendo, claro que me sabía su nombre, siempre estaba en mi cabeza. Edward, Eddie, Eddie mi amor.
— Eddie...Eddie Munson ¿Aún lucha por salir?—soltó entre risas.
— Sí, somos compañeros, pero no lo ubico mucho— soltaba como si fuera una cotorra—Es metalero, su cabello es largo, sus ojos marrones, tiene un tatuaje en el pecho y en los brazos y es...— no me di ni cuenta, pero lo conocía a la perfección y lo extrañaba tanto— Es decir...— Steve me miraba raro
— ¿Segura no eres tú la Freak?— me preguntó divertido y yo sonreí.
— Sí— respondí incluso más nerviosa. Caminé hasta la puerta de la cocina para volver nuevamente a la sala de estar.
— Oye...— Steve tomó mi brazo y me miró con dulzura, mi corazón latía fuerte, pero no era por ese sentimiento de querer que toque mi brazo, sino que me sentía infiel, sentía que mis brazos eran de Edward, él siempre jalaba de ellos con ternura, y ahora Steve los tomaba—¿No quieres salir un día? Hace un buen tiempo no nos vemos, y creo que podríamos ser amigos...si es que tus padres te dejan, obviamente— Claro que mis padres me dejarían, claro que ellos sí me dejarían salir con un Harrington, más no con un Munson.
