Te ves lindo hoy

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Narra Jules:

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Narra Jules:

— ¿Ves que eres débil?— me recosté a su lado, él cerraba el cierre de su pantalón. Se recostó a mi lado, pasó su pulgar por la comisura de mis labios, como limpiando algo— yo me puse roja y él sonrió.

—Tranquila, sólo ha quedado un poco—Sus manos bajaron a mi cintura, nuevamente jugaba con el borde de mis jeans— ¿Todo bien?— Yo asentí.

—Asumo que es la primera vez que haces esto— soltó, él contemplaba mi cuerpo, no me lo decía, pero sabía que lo hacía.

— ¿Tan mala fui?— pregunté nerviosa. Nunca en mi vida había hecho algo como eso, el pito no estaba en mi dieta, para ser sincera. Eddie sonrió, lo cual me dio un indicio de que quizá no lo había hecho tan mal— Puedo mejorar, para la próxima— solté con una risa y Eddie se largó a reír.

— ¿Por qué eres así?—me contestó sonriendo. Me gustaba sacarle sonrisas, y ahora, otras cosas— Y no digas que has sido mala, porque ya sabes lo que ha pasado, vaya qué cosas pasaron— Eddie hablaba con sus mejillas rojas, no estaba en él ser tan directo con esas cosas, sabía que le daba vergüenza enrollarse conmigo sin ser nada, sabía que tenía los mejores argumentos para frenar esto, pero realmente me encantaba, y él se arrimaba a mis fantasías.

No teníamos prisa, nos la pasábamos bien, yo me conformaba con eso, Eddie había sido la cura para eliminar a Albert.

— Me la he pasado genial hoy— lo miré divertida— Y eso que hemos estado con ropa— él resopló, como si fuera una loca de patio.

— No pienses que se hará costumbre— soltó. Se sentó en la orilla de la cama y yo me puse de rodillas, lo abracé por detrás y mordí su oreja.

— ¿Por qué eres así de aburrido?— pregunté en su oído y con mis manos acaricié su pecho, debajo de su playera. Eddie sólo pegó una risita—No digo que vayamos a casarnos, sólo te pido que te relajes y te dejes querer cuando estás conmigo— hablaba pegada a su oreja.

— Jamás pensé que Jules Henderson fuera la chica más hormonal de la escuela— Eddie bromeó y yo golpeé con suavidad su espalda. Me paré de la cama y fui hasta el baño, me enjuagué la boca con un colutorio que tenía en un mueble. Debía llegar a casa a decir plegarias antes de la cena, no podía llegar y decirlas con rastro de algo en mi boca.

Eddie estaba parado detrás mío, con una risita.

— ¿Borras la evidencia?— me preguntó gracioso.

— No lo sé, dime tú— respondí. Miré mi reloj, debía volver a casa— Debo irme, se me ha hecho tarde.

— ¿Paso a dejarte?—  Me preguntó.

— No— fui a buscar mi mochila— Es mejor así, no quiero que nos desviemos del camino—aclaré, Eddie se cruzó de brazos.

— ¿Y por qué pasaría algo así?—Me preguntó como si le hubiera contado el mejor de los chistes.

bigger boys and stolen sweethearts (Eddie Munson) TERMINADA ✔️Where stories live. Discover now