Jules es una abeja reina de las buenas, se enamora del freak y él es demasiado hermético como para asumir que se ha enamorado de una princesa de secundaria amante del drama
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Narra Jules:
— ¿Por qué eres así?— respondió con una pregunta.
— Aún no respondes, no te dejaré hasta que me digas si te gusto mucho, poquito o nada— le sonreí y él me tomó de la cintura— Uf, me gusta cuando te pones así.
— ¿Respiro y te calientas conmigo?—preguntó divertido, como si lo mío fuera una actuación.
— Pues sí— respondí sin más—¿Cómo se supone que debo salir al mundo después de lo que me has hecho?—reí—Me has dado el mejor sexo oral que pienso que existe, porque es el primero—Eddie negaba con la cabeza, estaba nervioso—Sigues sin responder, por cierto.
—Eres linda Jules, me gusta pasar tiempo contigo—pegué un gritito y lo abracé. Para mí eso era un avance significativo. Sí, sabía realmente que Eddie reprimía sus sentimientos por mí, no era de fantasiosa ni de optimista, lo sabía porque se ponía nervioso, por eso mismo me empeñaba en sacar un poco de su personalidad, Eddie se transforma cuando quiere, pero cuando tiene miedo de algo, se cierra y actúa como si nada pasara.
— Para mí eso es : Me gustas un poquito— agarré sus mejillas— Gracias por invitarme a ver tu juego— lo miré fijamente a los ojos.
...
— Sí Alice. Eddie es lo más extraño que me ha pasado en la vida— exclamé con emoción, estábamos en mi cuarto, se quedaría a dormir.
— ¿Ya se acostaron?— me preguntó divertida, yo negué con la cabeza— Chica, sólo surfea en esos mares.
—Eddie es diferente— suspiré y abracé un cojín—Eddie parece respetarme incluso más de lo que yo me respeto— solté— Sé que es el indicado.
— ¿Munson es virgen igual?— abrió sus ojos— Ese tipo parece desvirginar sólo con la mirada, me sorprende que no lo hayan hecho aún.
— No, no lo es, pero piensa que soy una jodida especie de animal en peligro de extinción, un oso prehistórico o qué se yo— bufé con mis ojos en blanco— Es como si le diera miedo tocarme, como si fuera una pieza de un museo.
— Sigo sin entender cómo es que ha surgido eso y ni me lo cuentas. Es decir, pasamos el día juntas, nunca te escuché un : Ese tal Eddie es lindo, creo que me gusta Eddie, Eddie está más que bueno— yo sonreí, me gustaba que nadie supiera sobre nuestro show. Lo triste era fingir un quiebre, de seguro mis lágrimas serían lo más real de la relación.
—Sólo no estaba segura de qué me dirías.
— Chica, me aceptas a Kurt— Alice me sonrió— ¿Tendría cara para juzgarte porque le lames el pito a un metalero?— habló divertida y tapé su boca.
— Mi madre puede subir—hablé bajo— Se muere si supiera las cosas que he comido— las dos no nos aguantamos la carcajada.
— Por cierto, la otra semana es mi cumpleaños. Lo celebraré en mi casa, así que puedes ir y quedarte a dormir en casa, lleva a Eddie, claramente, quizás terminas yéndote con él— soltó divertida, mis ojos brillaron, me hacía tanta ilusión ir con él.
