XV

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Estaba histérica, porque a la fuerza Zafiro le saco la piedra mente de sus manos. También le había prohibido seguir con la búsqueda de la pieza restante. El mago estaba actuando como un padre frente a ella, y odiaba esa idea.

Por suerte para los espectadores no había nada en el camino de la bruja que está pudiera lanzar sobre sus cabezas.

—Quizás está bien que alguien como él continúe el trabajo.— dijo Galaga.

Aquello le molestó demasiado a Arabella. Freno su andar, y se acercó a donde estaba sentado. Tomo los apoya brazos, y Galaga pudo sentir su aliento caliente. Supo que había dicho algo malo.

—No nos podemos dar por vencidos tan fácil.— gruñó.—No sabemos de lo que es capaz.

Hisirdoux la vio confundido. Se acercó a ella, y la tomo del hombro. Cuando Arabella lo vio, noto que está tenía los ojos llenos de lágrimas. Pero algo más atravesaba su mirada. No eran los destellos rosas de su magia, era algo ocultó.

—Pero algo más te molesta.— musitó.—¿Qué es?

La rubia se apartó, y se alejó de ambos dándole la espalda. Entonces ambos notaron que ella ocultaba algo más.

—Recuerdo que hablaste con Morgana ¿Qué más te dijo?— inquirió.

Arabella volteó, y dejo al descubierto el rostro endurecido. Mantenía la respiración y el aire en sus mejillas. Era como un berrinche silencioso o no quería dejar salir las palabras. Lo que generó aún más preocupación, sobretodo en Hisirdoux.

Se acercó a ella, y la tomo de ambos brazos, e hizo un gran esfuerzo para no zamarrearla para que abriera la boca.

—¿Qué sabes?— insistió.—Ya no me importa el mundo, se trata del cuerpo de Olivia ¿Qué es lo que ocultas?

—¡Ya!— lo apartó con sus manos.—Te diré.

Cuando al fin la soltó. Esta acomodo un poco sus ideas. Debía buscar las palabras adecuadas para no decirlo de una manera en que pusiera todo mas tenso. Se estaba tomando su tiempo, y quién parecía no tenerlo era Hisirdoux.

Mientras ella estiraba la agonía de la verdad, él no podía dejar de pensar en lo difícil que sería traer a su hija de vuelta. Sentía que cada minuto que pasaba está se alejaba aún más de él.

—Deja de hacerte la tonta, y habla.— exigió.

Y antes que Arabella siquiera pudiera defenderse de sus palabras, alguien más entro al cuarto.

—Espero, maestro Casperan, que está sea la única vez que le diga que no le hable así a mí hija.— dijo una mujer.

Su voz no era difícil de reconocer. Al voltear se encontraron con Morgana que los veía desde la entrada. De brazos cruzados se acercó a ello, y paso al lado del mago sin despegar su mirada furiosa de él.

—Madre ¿Qué haces acá?— pregunto tratando de no sonar sorprendida.

—Nadie atendía los llamados, y el fin del mundo está a la vuelta de la esquina.— respondió.—Se que es un mal momento, pero revisar sus celulares no les hará mal.

—No me importa los demás, quiero que me diga lo que oculta.— gruñó Hisirdoux.

Morgana resopló, y rodó los ojos. Se enderezó aún más y dejo al descubierto que era mucho más alta que él, haciendo que este aparté la mirada.

—Debería importante, porque también se relaciona con tu hija.— dijo Morgana.—Caeli encontró los sellos, y acabó con sus hermanos.— añadió.—Ahora sabe quién es la que cuida su corazón.

Destinados. [Tales Of Arcadia, Au. Douxie X Oc]Where stories live. Discover now