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Max:

—¿Por qué hay guardias en la entrada, Max? —Charity me aborda por la espalda mientras acomodo la montura en la espalda de "Max".

Levanto la mirada hacia los cuatro guardias que solicite, todos se encuentran sobre los caballo y sus miradas permanecen sobre mí.

—No visitaras los reinos tu sola.

Me vuelvo hacia ella y la sorpresa llena mis ojos por lo que usa, un vestido largo de color crema y junto a un corset negro que rodea su cintura, comienza debajo de sus pechos y termina dos líneas debajo del ombligo.

El corset levanta muy bien sus redondos senos y tengo que tragar duro para concentrarme en su cara, por encima Charity lleva una capa con una capucha de color verdoso oscuro.

También lleva consigo el arco y el conjunto de flechas en el carjac en su espalda.

—¿No pensaste que dejaría que hagas esto sola? —Respondo y ella mira a mis guardias. —Iremos todos.

—Son dos días a caballo, Max.

—Bien, será mejor que partamos enseguida ¿Dónde esta tu carruaje?

Ella me observa con las cejas juntas. —¿Quién dice que iré en carruaje?

—¡Princesa Charity! —Escucho que gritan a lo lejos y me giro observando a la yegua blanca que traen dos de sus criadas.

Ellas jalan de la soga y Charity se acerca a acariar el rostro de animal.

Entonces no ira en carruaje.

—Demoraremos más si voy en carruaje, desde hoy hare todos los viajes a caballo.

Quiero preguntar si ya sabe manejar un animal como ese.

—Déjame ayu.. —Me ofrezco, pero ella ya está subiendo al caballo con ayuda de sus criadas.

Charity toma las riendas y pone los ojos sobre mí.

—¿Si vas a venir o...?

—Claro que sí.



(***)



El reino de Obsidiana no da una respuesta concreta y la siguiente semana me encuentro viajando con Charity y mis guardias otra vez, en esta ocasión hacia el reino de Beltza.

—¡Charity! —La llamo cuando se adelanta. —No te alejes demasiado, está corriendo bastante viento.

Asiente y aunque esta un paso adelante, hace caso a lo que le pido.

Me coloco la capucha y tiro de las riendas acercándome a su lado, Beltza no entra en las categorías de mis reinos favoritos, el lugar es oscuro y frío, no puedo igualar las bajas temperaturas a las que tiene el reino de Eliora, que sigue siendo otro de mis pocos gustos, ya sea porque prefiero los ambientes cálidos.

Pero Beltza es siniestro, empezando por la poca luz y lo alejado que esta el castillo de su pueblo.

Y claro, porque está gobernado por su rey oscuro.

—Charity...

—Se lo que dirás. —Me interrumpe. —Pero ya estamos aquí, Max, no perdemos nada con intentarlo.

—Solo no deseo que te hagas muchas ilusiones aquí y si la respuesta no te agrada, no quiere decir que seas tú, su rey...

—Por eso lo se...—Ella suspira. —Mira, ya vamos a llegar.

Decreto de amor ( #1 Amores en la Realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora