Decreto de amor ( #1 Amores en la Realeza)

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*El príncipe Gael de Arcaría en multimedia*

Charity:

—Bienvenida a las tierras de Arcaría, Lady Charity.

No es un guardia, es el propio príncipe el que me recibe a puertas de su castillo, con la mano extendida, una escolta lo acompañan y mantienen una reverencia, mientras su príncipe extiende la mano en mi dirección.

Mis ojos viajan al lugar y la imagen de mi llegada a Alejandría me nubla la mente, Max tomando mi mano...

El hombre que me mintió.

—Princesa Charity.

Parpadeo y avergonzada tomo su mano, me ayuda a bajar del carruaje y nuestros dedos se mantienen juntos hasta que lo aparto avergonzada.

—Príncipe Gael.—Me inclino y me responde el saludo, la escolta se endereza y mantienen su mirada al frente con un rostro completamente serio.

—Lamento decir que mi padre se encuentra ausente.—Se disculpa conmigo.—Pero me agradaría si acepta que sea yo quien le de el recorrido.

—Seria un verdadero placer.

Me da el pase extendiendo la mano hacia la izquierda, camino delante de el e inicio el recorrido.

El rey no se encuentra, pero al menos no hay un príncipe ausente y eso es por mucho, mejor.

(***)

Arcaría debe ser de los reinos más grandes y prósperos que he visitado, y no pasan ni veinte minutos desde que lo recorro para darme cuenta que lo que dicen de el es totalmente cierto.

Su tecnología y desarrollo se encuentra en otro nivel, están muy bien abastecidos y poseen métodos con maquinas que me cuesta comprender pero los ayuda a solventarse, me sorprende las enormes torres que llevan un circulo trasparente en la cima..

Y también...

—Esos son...—Señalo las grandes placas que rodean ambos extremos de los jardines.

—Paneles Solares.—Me contesta el príncipe.—Sirven de energía para el reino. —Me señala los cables que se ven a lo lejos, detrás de la puerta enrejada.—La electricidad llega a las casas gracias a esto.

Ohh...

Pueden abastecer a todo el pueblo.

—Lo lamento, esto debe ser confuso.

—No, he escuchado antes, solo... es diferente verlo a escucharlo.—Confieso.

—¿Ha estado interesada en mi reino antes?

—Como todos los reinos vecinos.—Respondo sincera.—Y estoy muy impresionada.

—Espero para bien.

Seguimos la ruta por la parte trasera del castillo, donde se encuentra un gran jardín igual a Alejandría, pero lo que llama mi atención es la maquina que levanta escombros del suelo.

—Y qué es...

—Ese es un modelo reciente, una excavadora...—El príncipe hace una pausa.—Nos facilita con las construcciones y toma menos tiempo el trabajo pesado, pero debo estar aburriéndola con tanta explicación.

—No, claro que no, su alteza.—Me disculpo y por alguna razón le hace gracia.

Separo los labios, pero tanto mi atención y la del príncipe Gael se enfocan en una sola cosa y es en la muchacha que corre pasando por nuestro lado.