9

4.2K 471 43
                                    

Charity:

Le hago saber a los reyes que deseo visitar a mi madre y me ofrecen un carruaje, no alisto más que mi presencia y un bolso, me coloco la capa con la capucha y salgo del palacio, pero cuando voy a subir los escalones del carruaje, es Max quien está ahí para ofrecerme la mano.

—Princesa.

Trago saliva y me olvido de nuestro altercado recibiéndola, ingreso al carruaje y antes de darme cuenta lo veo poner un pie en el primer escalón.

—No. —Lo detengo y se me queda viendo. —No es necesario que los soldados me acompañen, estoy yendo a mi hogar, no necesito custodia.

—Lo lamento, Lady Charity. —Me responde Max. —Pero está saliendo del palacio y no permitiremos que vaya sin un guardia que lo acompañe.

Trago saliva y observo a los otros soldados, no me queda de otra así que.

—De acuerdo, pero preferiría que otro guardia me acompañe.

La expresión en el rostro de Max es para grabarla.

El aprieta la mandíbula. —¿Quién? —Suelta con un tono molesto. —No creo a nadie más calificado que yo y no es por presumir ante usted, pero yo soy el jefe de guardia.

—Y yo no quiero que el jefe de la guardia me acompañe.

Ambos nos miramos en silencio, nuevamente esa expresión cruza su rostro, serio y con un rastro de asombro, es curioso que el gesto que tiene ahora me resulte sumamente atrapante.

—Lamento no conceder su orden, pero...

—Soy la princesa. —Le interrumpo. —Te estoy dando una orden y deseo que la respetes.

Lo siento, Max, pero quiero escapar de ti y del dolor que aún me desgarraron tus palabras, por favor, al menos hoy no deseo verte.

Max vuelve a apretar la mandíbula. —Princesa...

—Tú. —Pido observando a otro de los guardias, quien se señala así mismo. —Me acompañaras a Althea.

—No, yo.. —Max se niega. —Yo doy las ordenes.

—¿En serio? —Pregunto confusa. —Creo que las palabras de la princesa están por encima de...

—Con todo respeto, pero yo estoy a cargo de la guardia, nadie además de mi sabe quién puede protegerla y soy...

—¿Se niega a acatar la orden de la futura reina de Alejandría? —Me dan vergüenza mis propias palabras, pero solo deseo que desista.

—Yo nunca haría tan cosa.

—Esta dicho. —Le hago una señal al guardia. —Sube.

Da un paso, pero al recibir la mirada de Max se detiene a medio camino.

¿Por qué se ve como si no supiera a quien obedecer? Por más que él sea el jefe de guardia, soy la princesa.

Max se gira hacia mí y sus ojos me suplican. —Charity.

—Mi madre está esperando. —Le respondo y paso saliva. —Y creí que ya no habría tuteos entre nosotros.

—No hagas esto, necesito protegerte.

—Y yo necesito que me dejes ir. —Hablo con una presión en mi pecho. —Y además con nuestra conversación en el jardín, dejaste claro que si necesito protección, pero de lo que tus palabras puedan a llegar a herir a uno.

—Si lo que dije te last...

—Vámonos. —Le ordeno al guardia, quien esta vez no duda en venir.

—Mi señor. —Se dirige a Max y esta tan descolocado por mis palabras que solo se aparta.

Decreto de amor ( #1 Amores en la Realeza)Where stories live. Discover now