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Charity:

Sexo...

El sexo es...

Max....

Glorioso.

Todas las mañanas o en cualquier momento del día, como el prometió...

En cada momento... lo hacemos.

Y no me reconozco a mí misma cuando tengo su cuerpo sobre el mío, cuando sus labios me devoran no solo la boca.

Corro por el laberinto mientras Max me persigue, me oculto entre los muros verdosos y me asomo despacio creyendo que ya lo perdí.

Suelto una risita cubriéndome los labios y camino de puntillas hasta la siguiente esquina que doblar.

Un carraspeo me hace voltear.

—¡Max!

El niega acercándose.

—Te falta cardio, soldado.

Su rostro enrojece. —No me falta físico.

Me rio y trato de huir cuando se viene sobre mí, empujándonos contra el muro verdoso.

Su boca se pega a la mía hasta quitarme la respiración, aferro mis manos a su cuello y le devuelvo el beso que nos deja agitados y con ganas de más.

—Merezco un castigo por mis actos. —Murmura sobre mis labios.

Rio y asiento.

—Los mereces.

Max arquea una ceja y rio.

—Princesa...—Busca mis labios, pero no dejo que me bese.

—¡Atrápame!

Lo empujo y vuelvo a correr levantando mi vestido.

—¡No corra!

—¡Te falta cardio, ya lo dije! —Hago un gesto con la lengua y vuelvo a correr.

Aunque le cuesta atraparme, lo logra y vuelve a besarme.



(***)



Como princesa tengo comportamientos que seguir y se me ordenaron aprender, pero el estar medio desnuda, sentada sobre la mesa de la biblioteca con las piernas abiertas mientras dejo que el jefe de guardia se alimente de mis muslos no entra en la categoría.

Tengo los dedos hundidos en su cabello y echo la cabeza hacia atrás, mis ojos se mantienen cerrados y aprieto los labios callándome el placer que causa.

Max...

—Lo sé.

Retira el rostro y le ayudo con los pantalones, su boca envuelve la mía y nos besamos mientras me levanta las caderas, hundiéndose en mi interior.

Mi cuerpo salta y muerdo mi labio por el gemido que si logra escapar.

Oh dios...

Lo abrazo y recibo cada una de sus embestidas, que empiezan lentas, pero adquieren el ritmo que más me gusta y el que más me volvió adicta a esta sensación.

Max se hunde con violencia y me besa la piel, me mira con esos ojos llenos de deseo y lujuria.

—Eres preciosa y mía.

Decreto de amor ( #1 Amores en la Realeza)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu