11: «Toques de sol ante el atardecer»

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CAPÍTULO ONCE
( Toques de sol ante el
atardecer )



Los ojos de Carson miraban a Will intensamente, sin color, grises pero aún así mostrando vida. Inconscientemente, soltó un suspiro delicado, dejó el lápiz a un lado y tomó su cabeza entre sus manos, se revolvió el cabello y miró al reloj que marcaba las 12:45 A.M.

Desde el momento en el que se había recostado en su cama los ojos de Carson Hartman no parecían dejar su mente, tampoco se podía sacar la manera en la que sus brazos habían rodeado su cuerpo en un acto de consuelo, la manera cálida en la que susurraba palabras en su oído y el sentimiento acogedor en el pecho le habían puesto a pensar.

Definitivamente sentía algo por Carson, no había más forma de negarlo, mientras las semanas pasaban sus sentimientos crecían, así mismo como la incertidumbre. ¿Qué haría?

Nada, obviamente, pensó enseguida. Pero sabía que la parte de su cabeza que decía eso era la que le tenía miedo a salir lastimado, porque a pesar de querer negarlo, sabía que la manera en la que Carson actuaba y hablaba no eran dignas de una amistad. O eso esperaba él, porque el leer mal las señales se había convertido en una habilidad en la que había mejorado en sobremanera.

Últimamente dibujar se había convertido en una ruta de escape en aquello que le atormentaba y una forma de liberar la presión en su pecho, no había que aclarar que la ruta de sus trazos tomaba forma en nada más y nada menos que Carson Hartman, con unos ojos zafiros contenedores de todos los secretos del océano y las bellezas del cielo de media noche, los orbes de Carson eran fascinantes y Will no podía sacarlos de su cabeza.

Will se recostó en su espalda mirando hacia el techo, de la nada las sábanas de su cama volvían a sentirse suaves y no con una sensación de que picaban. Por un momento, por el fugaz pasar de un segundo, Will cayó dormido en los brazos de Carson.

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El mundo estaba ardiendo al rededor de Will. El profundo y agonizante vacío que le provocaba el mirar a Carson al rostro era inmenso comparado a la calma que sentía al estar en su presencia. Desde el día en el que llamó al chico en dolorosas lágrimas no podía evitar sentir que una parte de él estaba expuesta, pero a Carson parecía no importarle, de hecho, no le importaba.

A sus ojos Will seguía siendo la persona más genial en haber pisado el planeta tierra, por lo que la atracción que sentía por él era más intensa con el pasar de los días, a un paso en el que ni siquiera se preocupaba en disimular sus intentos de coqueto lo que causaba a Will el sentimiento de que su corazón se ahogaba en su propia sangre.

Era tan abrumador pero a la vez tan emocionante, el leve roce de las manos que lo hacía querer sostener a Carson por lo que le restaba de vida, caminar a la par y chocar los hombros pero nunca alejarse, era una tentación palpable y Will no sabía cuanto tiempo estaba dispuesto a resistir.

Al toque de las 4:50, con mochilas pesadas y el sol iluminandoles a la cabeza, ambos chicos subían hacia la colina. Adelantado unos pasos más adelante, Carson se detuvo a observar un momento a Will y la sombra de sus ojos bajo el sol que de un verde olivo cambiaban a un castaño amielado, se encontró profundamente perdido en ellos sintiendo la necesidad de acercarse y observarlos detenidamente.

—¿Pasa algo? —Will preguntó, con la mano encima de sus ojos para evitar que el sol le lastimara.

Cuando no pronunció palabra alguna, Will soltó una risita nerviosa aún esperando a que le respondiera. Él se acercó e inmediatamente pudo sentir el nerviosismo de Will, miró unos segundos directamente a sus ojos en espera de poder transmitirle todo lo que había estado sintiendo en el paso de las semanas, dirigió la mano a su cabello y le quitó una hoja.

LOVERBOY  ━━ will byersWhere stories live. Discover now