1O: «Las maravillas del toque de una mano»

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CAPÍTULO DIEZ
( Las maravillas del toque de
una mano )

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El contacto físico era inevitable.

Y las manos de Will eran muy suaves, demasiado suaves, el tipo de suave que le gustaría tener en una almohada. Carson era fan del contacto, su madre solía decírselo; no podía mantenerse quieto, sobretodo cuando estaba rodeado de sus amigos, necesitaba contacto físico para saber que estaban ahí, no importaba si era un simple roce de hombros o palmadas en la espalda, el necesitaba el contacto.

Y la manera en la que su mano encajaba con la de Will era perfecta.

Estaban en la cima de la colina, el cielo flameaba en naranja y tintes de rosa iluminaban la llegada del atardecer, Will había reído por algo que Carson dijo, y esa fue la imagen más hermosa que se le pudo haber quedado grabada en la mente, era la risa más puramente escandalosa que lo había escuchado soltar y el hecho de que hubiera sido por algo que dijo le hacía estallar el corazón. La silueta de Will parecía iluminada por un reflector, o tal vez era la luz del sol que se escondía, no importaba, Will era perfecto en ese instante.

Su mano se había acercado lentamente a la de él, era una caricia, suave y casi imperceptible, como el toque de una pluma, nada intencional. Todo se movió dentro suyo, y de pronto se encontró acercando su propia mano a la de Will, primero haciéndolo como accidente, esperando a que él notara sus intenciones y cuando Will no notó los siguientes tres intentos lo siguiente que hizo fue con toda la intención del mundo: dejó su mano caer sobre la de Will, suave pero con firmeza.

El castaño dejó abruptamente de hablar y lo miró con ojos abiertos, Carson hizo caso omiso a los ojos del chico, habló para que no notara la manera en la que su mano se deslizaba delicadamente sobre la suya. Mencionó que le gustaría visitar Grecia, Will concordó en que sería fantástico, y Carson le habló de la mitología griega. Su plan de distraerle funcionó, pues sus ojos estaban fijos en los suyos y el peso de su mano era cada vez más notorio.

Hubo un momento en el que todo quedó en silencio, cuando sus manos ya estaban completamente entrelazadas, el sonido de las aves se mezclaban con el lejano alboroto del pueblo, y ellos estaban mirándose fijamente.

Después, Carson despertó.

•  •  •

No importaba que tanto confiara Will en sus amigos, en el lapso de los últimos meses parecía que estaban dispuestos a hacerlo sufrir en sobre manera.

Últimamente sentía que lo único que los unía era el haber luchado contra monstruos de otra dimensión, porque aquellos niños que pasaban horas, horas y horas en el sótano de los Wheeler jugando nunca habían existido en primer lugar. Will trataba de ignorarlo, aceptar el hecho de que ya no eran más unos niños que iban a pasar todas sus vidas disfrutando juegos de rol, pero era difícil, sobretodo cuando una gran parte de su infancia —su inocencia— habían sido arrebatados y enjaulados en las profundidades del infierno.

Will sabía que era imposible volver a ese tiempo por más que quisiera pero solo pedía que, por última vez, una última vez, la presencia de sus amigos le hicieran sanar a aquel Will de doce años que había quedado atrapado en la miseria del Otro Lado.

Mike, Once, Lucas y Max parecían haber olvidado su presencia, en otra situación no le habría molestado, estaría hablando con Dustin, el único que parecía no dejarlo de lado por completo, pero Dustin no estaba y no estaría hasta dentro de unas semanas, por lo que Will se encontraba por su cuenta.

LOVERBOY  ━━ will byersWhere stories live. Discover now