O8: «Bajo los humeantes susurros del planeta»

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CAPÍTULO OCHO
( Bajo los humeantes susurros
del planeta )



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El concepto del tiempo era una de las invenciones más ridículas que habían sido creadas. Porque no tenía sentido la manera en la que Carson había conocido a Will hacía menos de una semana, cuando en realidad se sentía como si lo hubiera conocido de toda la vida.

Hablar con Will se sentía como volver a encontrar a un viejo amigo después de mucho tiempo, hablando a las afueras de un café sobre el trato de la vida en su persona. Estar con Will le causaba una plenitud que no había experimentado antes, no era similar al sentimiento de haber sacado buenas notas en todos sus exámenes o saber que debajo del árbol de navidad estaba todo lo que había pedido; era diferente, inexplicable, pero le hacía querer estar con él por lo que le restaba de vida.

Al paso en el que iban, Carson creía que Will sería capaz de conocerlo tanto como se conocía a si mismo.

—¿Qué te gusta hacer? —preguntó el rubio, después de un silencio cómodo entre ambos, se había dado cuenta de que ya llevaba hablando mucho tiempo de él.

Fiel a su palabra, Carson y Will se habían encontrado una vez más. Al día siguiente de haberse despedido en Starcourt, Carson esperó puntualmente al castaño a las doce del medio día en la entrada del centro comercial, con el ligero temor de que Will no llegara muy presente, a su sorpresa, el chico ya estaba esperándolo. Y a pesar de no tener algún plan en mente, se adentraron a Starcourt, y después de pasar quince minutos en el área de comidas decidieron tomar unas sodas antes de planear lo que iban a hacer.

Will le dio un sorbo a su soda, pensando. Esa pregunta era una de las más difíciles de contestar (a su criterio) y el estar bajo la mirada de Carson no ayudaba en nada.

—Me gusta dibujar —comentó dudoso, jugando con la pajilla de su bebida.

—¿De verdad? —Will se sintió conmovido ante la emoción de Carson —. ¿Crees que algún día pueda ver tus dibujos?

—No son tan buenos...

—No digas eso, estoy seguro de que son geniales —iba a volver a negarse, pero el rubio lo interrumpió —. Todo lo que viene de ti es genial.

Will se quedó mudo, porque, ¿qué podría decir ante ese tipo de palabras? La manera en la que Carson lo dijo tan despreocupado y seguro de sus palabras a pesar de no haber visto ninguno de sus dibujos, le generó un sentimiento de ternura que no había experimentado en mucho tiempo.

Se abstuvo en sonreír ampliamente, en su lugar, el fantasma de una sonrisa se escondió detrás de su bebida. Carson, quien era muy observador, no había pasado desapercibido el gesto, por lo que igualmente escondió una sonrisa satisfecha detrás de su bebida.

—¿Algo más? —volvió a preguntar Carson con voz rasposa, la sensación del gas de la soda no era amigable para su garganta.

Se abstuvo de decir que le daba curiosidad él; sus gustos, sus disgustos, lo que le alegraba y lo que le molestaba. Le interesaba aprender de su vida; a qué edad había comenzado a dibujar, anécdotas graciosas de cuando era un niño y que le gustaría estudiar. Estaba de más decir que Carson quería saber quién era Will Byers.

Y Will, quien siempre fue mejor escuchando que hablando, la pregunta le causaba un bloqueo. ¿Qué más le gustaba?

Calabozos y Dragones fue lo primero que llegó a su mente, sin embargo no lo dijo, porque Carson era demasiado genial como para saber de un juego tan absurdo como ese. Probablemente lo encontraría tonto, pensó, dejaría de hablarme y se reiría de mí.

LOVERBOY  ━━ will byersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora