O2: «El chico que se quedó solo»

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CAPÍTULO DOS
( El chico que se quedó solo )

Will vio las manos entrelazadas de Mike y Once.

Las observo detenidamente, fijándose en las líneas de las manos y la forma en la que sus dedos encajaban. Will sintió algo en su pecho, él había tocado las manos de Mike un par de veces; no tan seguido como Once, pero lo había hecho. No eran suaves pero tampoco ásperas, era un punto intermedio que era agradable a su tacto. Sin embargo eran muy frías, como las de él. Will había comenzado a detestar el frío.

Se preguntó en qué pasaría si simplemente pasara por en medio y los separara. Pero el pensamiento salió tan rápido de su cabeza que Will apenas tuvo tiempo de sentirse mal; ya habían llegado a su destino.

Los primeros días del verano se habían limitado en ir a la colina, o incluso pasar las tardes en casa de Mike, simplemente porque Once tenía prohibido el exponerse demasiado a las personas o algo así había entendido, se había distraído con Mike mientras el mismo les explicaba la situación del nuevo miembro del grupo. Y debido a que Once se le restringían las salidas al ojo público, solo se les era posible convivir con ella en ambientes donde solo estuvieran ellos seis — cinco. Dustin se había ido a un campamento de ciencias y no volvería hasta finales de junio o inicios de julio. Will podría decir que comenzaba a sentirse solo, el hecho de que él y Dustin eran los únicos que no tenían una pareja lo consolaba un poco, pero ahora que Will estaba por su cuenta, entre la empalagosa relación de Mike y Once y la abrumadora relación de Lucas y Max, Will pensaba que esperar el regreso de Dustin sería eterno.

Lo primero que hizo cuando llegó a la cima de la colina fue recostarse, el césped le picó en los brazos, las piernas y el cuello, pero aún así era una sensación agradable. Escuchó a Lucas quejándose de como el césped le hacía cosquillas en los brazos, la vaga risa de Max le siguió. Hace un par de años Will hubiese dicho algo similar o simplemente hubiese reído, ahora el césped se sentía como una vuelta a la realidad, el cosquilleo en su cuerpo le hacía recordar que estaba en Hawkins, el verdadero Hawkins.

—El sol está muy fuerte... —murmuró Mike.

Will abrió los ojos durante unos segundos, la mano de Mike cubrió los ojos de Once. Ella le sonrió y Mike le devolvió la sonrisa.

Will cerró los ojos otra vez, con fuerza. Le dolieron los párpados por un momento y después la luz del sol tocando sus párpados cerrados le dio el consuelo que necesitaba; el sol también era una manera de recordar que ese era su presente y no un sueño.

Otra manera de recordar que estaba en el verdadero Hawkins era esa leve presión en el pecho que se presentaba cada vez que veía a Mike. Comenzaba como un vacío, pero después iba apretando más y más hasta que Will sentía el pecho comprimido, en ocasiones, el dolor aumentaba de tal manera que Will sentía que iba a explotar; sus ojos lloraban hasta que no tuviera nada mas que dar y la presión en el pecho le dejara el resto del cuerpo adolorido.

Era estresante y Will sentía que en cualquier momento podría arrancarse el corazón directamente del pecho para hacer que ese horrible sentimiento se detuviera. Pero en cierto modo le consolaba, cualquier cosa que le hiciera sentir algo mas que temor o angustia le consolaba. Y por más que le doliera el hecho de verlos juntos, sabía que ese pequeño dolor le confirmaba que seguía estando presente en Hawkins.

Sin querer, sus ojos se volvieron a fijar en Mike, se le revolvió el estómago ante la imagen de Once y Mike a milímetros de distancia. Ambos, nublados por su burbuja, estaban a nada de compartir un beso sin importarles que sus amigos estuvieran presentes. Will sintió el ácido recorrerle la garganta y sus ojos comenzaron a arder; se lo aguantó, contó hasta que las ganas de regresar lo que había comido hace unas horas se le quitaran y esperó a que sus ojos no estuviesen de un rojo muy visible.

Sintiendo el peso de mil piedras sobre su cuerpo, Will se levantó llamando la atención de Max y Lucas. Miró a Mike y Once: estaban muy entrados en ellos mismos para notar que se había levantado.

—No me siento muy bien —dijo antes de que Max preguntara el por qué —. Me iré a casa, diviértanse.

Max y Lucas se desdespidieron para después volver a una pelea de la que Will no sabía tanto, probablemente algo estúpido como el mejor sabor de helado.

Volvió a mirar a Mike: nada. Las comisuras de sus labios cayeron e intentó de todo para evitar que se le salieran las lágrimas de los ojos antes de abandonar completamente la colina. Le había regresado ese frustrante dolor en el pecho junto con las ganas de romperlo todo, lo más que hizo fue patear débilmente una piedrita que se encontraba en su camino. Internamente se golpeó a si mismo al pensar que otra vez había caído en la idea de que Mike le haría caso pero estaba completamente equivocado, porque últimamente lo único que había logrado obtener de Mike eran falsas ilusiones.

El cielo se había pintado de naranja, sentía los rayos restantes quemándole en la nuca y el tacto que la luz acalorada del sol había dejado durante la tarde le seguía ardiendo en piel. El vacío le creó un hueco en el estómago donde toda la soledad se había depositado, Will sintió que era solo él entre los demás; el camino a casa siendo solo uno prueba más de ello.

Con los pies adoloridos, pero que le recordaban que seguía con vida, el caminar a su casa se le hizo infinitamente largo. Cada vez que avanzaba sentía que retrocedía más pasos de los que daba y cuando por fin estuvo cerca se dio cuenta de que sus mejillas estaban empapadas—parece que había comenzado a llover—, y no estaba seguro si provenía del cielo o de sus mismos ojos, aún así, Will miró las nubes grises y le pidió a los cielos que su soledad se terminara.

[1048 palabras]

LOVERBOY  ━━ will byersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora