Capítulo 1 (nueva versión)

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"El coraje que necesitas siempre lo llevas dentro" Esa frase apareció en su mente nuevamente, justo como lo había hecho otras miles de veces durante la última hora. No podía olvidar esas ocho palabras, las últimas palabras que le dijo su padre.

Lisa miraba ansiosa el gran reloj que colgaba sobre la pared, su tic tac imparable la estaba volviendo loca. Contaba los últimos segundos del año lectivo, deseando por fin ya salir de ese edificio y no tener que volver hasta dentro de tres meses, cuando las vacaciones terminaran.

Ella describía el colegio como una jungla de imbéciles sin neuronas, más preocupados por su vida social y molestar a los demás, que en sus propias notas. Ahí todos le eran indiferentes, la ignoraban, pero probablemente se lo merecía ya que ella misma no dejaba que se le acercaran.Es más si no fuera por su hermana, probablemente no saldría de la casa para ir a ese lugar eternamente aburrido.

Miró la pantalla de su teléfono donde se iluminó la imagen de fondo que tenía abrazada con Susane en la playa.

Susane, su hermana o mejor dicho "media-hermana" (por sus diferentes madres) , era la razón por la que estaba tan ansiosa de volver a casa.

Hoy era el día que regresaba de un viaje de tres semanas a Egipto, para celebrar el cumpleaños de Lisa. De vez en cuando se iba en viajes dejándola sola en la casa, por lo que cada vez que volvía, celebraban y hacían miles de actividades juntas. Lisa se preguntaba qué clase de regalo le trajo de Egipto; ¿Una pirámide quizá? ¡O tal vez la figura de una esfinge!

"Aunque supongo que es imposible que traiga cualquiera de las dos, no creo  que sea capaz de moverlas de un país a otro. Bueno conociendo a Susan, es capaz de hacer lo que sea."

El sonido de la campana la sacó de sus pensamientos y con un suspiro de alivio salió corriendo de la clase lo más rápido que sus pies le permitían. La esperanza de que no tendría que volver a ver ese edificio durante mucho tiempo la hacía muy feliz.

Ya fuera del instituto, comenzó a caminar alrededor de la ciudad de Nueva York, los enormes edificios decorados con anuncios y señales siempre le llamaban la atención; al igual que los típicos taxis amarillos y los turistas con camisas que dicen "I love NY". Las personas también parecían tener su estilo único, con el cabello de diferentes tonos y con trajes extravagantes, los cuales no habría podido imaginar que fueran capaces de usarse si no los estuviera viendo.

A su derecha notó a una niña que iba de la mano de su padre, al mismo tiempo llevaba un brillante globo rojo en la otra. Sonrió al ver a la pequeña niña, recordando a su propio padre y siguió con su camino.

Por fin llegó a la parada del autobús y al igual que el resto, se quedó esperando a que éste llegara. No tuvo que esperar mucho para subirse y pagarle al hombre antipático sentado frene al volante. Lisa detestaba viajar en bus, pero su hermana nunca le prestaba la motocicleta, así que no tenía otra opción para llegar a su hogar que quedaba un poco alejado. El olor a sudor y comida inundaba su nariz mientras intentaba encontrar un asiento, cuando lo logró, fue al lado de un adolescente quien miraba por la ventana con los audífonos puestos y a todo volumen.

"Al menos no es ningún viejo extraño o una persona somnolienta que se te acuesta encima."

Sonrió a la vez que sacaba su teléfono de nuevo, imaginando cuál sería el tipo de sorpresa que le daría Susane cuando llegara a casa. La última vez le había regalado una tortuga, le había puesto Dave de nombre, pero lastimosamente no duró mucho tiempo porque su tanque se cayó y a los segundos Dave dejó de respirar.

A veces Lisa deseaba tener poderes, así podría revivir a su querida tortuga, incluso no tendría que tomar el autobús, podría teletransporte o podría controlar mentes y hacer que sus compañeros del colegio fueran menos idiotas.

La Academia de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora