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Las cosas se calmaron un poco, aunque Alice tenía que seguir intentando pasar desaparcibida. El trabajo marchaba excelente, había creado una amistad con James.

- ¿Damos otra vuelta? - James miró a Alice que se había detenido y apoyaba las manos en sus rodillas

Habían tenido un día libre, por lo que acordaron salir a correr en la privada de la casa de James. Tenían mucha presión en el trabajo y querían relajarse.

- ¿Me puedes explicar cómo aguantas tanto?

- Práctica - sonrió

- Yo hago ejercicio, pero en el gimnasio, no salgo a correr

- Yo igual, solo que voy al gimnasio una hora y llegando a mi casa salgo a correr otra hora más - le dió su botella de agua a la rubia al ver qué ya se había acabado la suya

- Gracias

- Allá hay una banca, ¿Vamos a sentarnos?

- Por favor - dijo exageradamente. Tomó la mano de James y lo arrastró hasta la banca, dejandose caer en ella - soy feliz

- No exageres, fueron pocos metros

- Tu estás acostumbrado yo no

- ¿Cómo estás?

- Bien

- ¿Segura?

- Eso ya se lo perdoné, pero es algo que nunca voy a olvidar, eso está presente siempre que tenemos problemas - se dasamarró el cabello - por años luché porque eso no se filtrara y funcionó hasta que Neve quiso un momento de fama - se encogió de hombros - cómo pareja estábamos bien. En este momento hay mucha tensión entre los dos y tengo a mi hija mayor viviendo conmigo

- ¿Lucrecia? - Alice asintió - Tengo entendido que vivía aparte

- Oh si, pero fue internada hace unas semanas y su esposo tenía un compromiso laboral y cómo está embarazada no puede estar sola, además le dieron reposo

- No sé cómo aguantas tanto

- Estoy acostumbrada. Gracias por haberme invitado a correr

- Siempre lo hago solo, pero te he visto muy estresada últimamente que sentí que te haría bien

- Lo hice

Se quedaron en silencio un rato, hasta que escucharon truenos. James se levantó de la banca y me extendió la mano para ayudarla a levantarse.

- Vámonos, va a empezar a llover

- Lo que me faltaba... Una tormenta - se quejó - ¿Corremos de aquí a tu casa?

- No quieres hacer eso

- ¿Tienes miedo de esta pobre e indefensa mujer?

- Por supuesto que no - sonrió con suficiencia

Alice lo miró y puso los ojos en blanco, para empezar a correr sin decirle nada. James le gritó que era una tramposa y corrió detrás de ella para tratar alcanzarla.

Corrieron hasta que llegaron a la casa del actor.

- Eres una tramposa, Alice

- No me quería mojar - entró a la casa, pues estaba empezando a llover - si te quieres mojar ahí quédate - cerró la puerta

- ¡Alice! ¡Es mi casa!

La rubia lo veía a través de los grandes ventanales y James optó por recargarse en una columna de mármol que había y sacar su celular para entretenerse, pesando que si no le daba atención a Alice, ella le abriría. Un trueno se escuchó y el agua comenzó a caer sin parar.

Detrás de cámaras 2Where stories live. Discover now