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La semana de recaudación había llegado.

Lunes

El primer día de la semana solo tendrían que ir a hacer acto de presencia al lugar que Penélope había rentado. Solo sería el concierto de Lucrecia que por suerte de Penélope, había regresado de Roma.

— ¿Es el último ensayo? — preguntó la pelirroja a la joven cantante

— Dos más y creo que ya estamos listos — se acercó a Penélope mientras volvía a amarrar su cabello — ¿Por qué?

— Llevas ensayando desde la mañana, te ves pálida y no has comido nada

— Ya casi termino — se recargó en una pared, estaba exhausta, agitada, sudada, literalmente se veía mal pero Penélope no se atrevería a decirlo

— Te espero para que comamos todos juntos

— No es necesario

— Lo es, lo que menos quiero es que te desmayes a medio concierto por no comer

— Eso no sucederá — agarró una botella de agua y bebió — voy a comer y después me daré una larga ducha para estar perfecta para el concierto

— ¿Tu esposo dónde está?

— Debe de estar preparando su parte, salgo primero yo y cierra él

— Bien

Un niño llegó corriendo hasta donde estaba la pelirroja y la abrazó, instantáneamente su abrazo fue correspondido por la mujer.

— Hola Mateo — saludó la cantante — milagro que te veo por aquí

— Me pidió que la acompañara

— Eso es bueno. Me alegra verte, nos vemos en un rato, estaré ensayando

— Adiós — sonrió a la mujer que corría hasta donde estaban las bailarinas — se ve mal

— Sí, pero no le digas eso, podría enojarse — Penélope miró a su hijo — hay que sentarnos ahí — señaló una esquina de la habitación y fue junto al niño. Ambos se sentaron en el suelo para observar como ensayaba Lucrecia

A Penélope le dolía estar lejana a su hijo y más por algo que no debería ser motivo para que se enojara.

Mateo estaba feliz viviendo con Penélope, la mujer lo quería y nada me faltaba, pero se sentía mal de ver qué por su culpa la hija de Penélope no le hablara, además de que Cheryl la trataba mal.

— ¿En qué piensas, Mateo? — pasó su mano por el cabello del niño

— Tu hija

— ¿Qué pasa con ella?

— Tienes problemas con ella por mi culpa

— No pienses eso, tú no tienes la culpa de la actitud de Cheryl... Toda su vida ha sido muy caprichosa y perdió a su hermano. Si te soy sincera a mí también me costó salir adelante

— ¿Por qué no adoptar a un bebé? ¿Por qué yo?

— Eres tierno, guapo... Tienes todo lo que un Blossom debe tener, le haces honor al apellido. Con respecto al por qué no un bebé, creo que se responde sola la pregunta — apuntó a Lucrecia — soy una persona muy ocupada, no tengo mucho tiempo y tú me haces más fáciles las cosas

— ¿Por qué conoces tanta gente? Y ella es rara — dijo en voz baja la última palabra, provocando la risa de la pelirroja

— No es rara, solo que ya creció y se dio cuenta que la vida de adulto es difícil, además de que toda su familia es rara. Nosotros no somos la excepción — soltó una risita

Detrás de cámaras 2Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang