CAPÍTULO 28

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Un campo de rosas marchitas lo rodean, lo único que ven sus ojos son esas rosas muertas.

Siente que no puede mover sus pies, ni sus manos por completo. Algo lo sujeta y lo mantiene inmóvil en su lugar.

Una silueta aparece en su campo de visión y se acerca hacia él. Lentamente, paso por paso. Puede ver que la silueta lleva un vestido blanco que se mueve por el viento.

El cielo es gris y mientras más se acerca la figura, todo se vuelve más oscuro.

Ve su rostro con sorpresa.

Mina...

Ella lo mira molesta, y como si su mirada quemara él se prende en llamas, grita, pero nada se escucha. De pronto deja de estar inmovilizado y cae sin poder evitarlo. Las llamas en su cuerpo se desvanecen cuando choca con la el suelo que resultó ser agua negra.

Cierra los ojos con fuerza, ahogándose con el agua negra que invade a sus pulmones.

―No me escuchas...

Es una voz, un eco en su cabeza.

―Faltas a tu promesa...

Mina lo saca del agua, tiene una mirada fría como si viera algo en él que no le gusta para nada.

―¿No te das cuenta?

De pronto ella deja de tocar su rostro y se aleja corriendo de él, dejándolo ahogarse en aquellas aguas negras.

―Haz las cosas bien antes de que sea muy tarde, tú sabes qué es lo mejor...

Es lo último que oye antes de despertar agitado, sudando y con sus manos aferrándose a las sábanas.

―¡No...!

Toca su pecho y toma una bocanada de aire. Se sintió tan real, como si de verdad estuviera ahogándose.

Levanta su cuerpo y fija su mirada en el reloj digital. Cinco de la mañana.

Haz las cosas bien...

¿Acaso Mina se refiere a Levi?

Tú sabes qué es lo mejor...

Lo mejor, Pero ¿Qué es lo mejor para ellos?

Su celular vibra en su mesita de noche, eso lo saca de sus pensamientos. Estira su brazo para alcanzar el aparato.

Es un mensaje de Levi.

Llegaré por la tarde.

Suspira. Ya ha pasado una semana entera sin verlo, y lo que es peor aún, sin una sola llamada contestada o recibida. No han hablado en toda esa semana.

A Eren no le gustó eso. Cuando Levi se fue y se despidió de él en el trabajo aquel día, él no pudo conciliar el sueño, se sentía perdido y sin saber que pensar.

Aún recuerda su mirada fría y su rostro inexpresivo.

Cuando sujetó su muñeca tuvo tantas cosas que decir, pero lo único que hizo fue pedirle que no se fuera, como si supiera que algo estaba cambiando, y eso no le gustaba.

¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Hablemos.

Estoy contigo.

Te quiero, te amo.

No dijo nada de eso. Es como si esas palabras se hubieran atorado en su garganta, creando un nudo y generando sus lágrimas.

Esa noche lloró sin saber el porqué.

Suspira, peina con sus manos su cabello revuelto y se coloca sus lentes de marco negro. Sale de la habitación para hacer el desayuno a sus hijos.

Últimamente todo en la casa volvió a ser como antes de la llegada de Levi. Las típicas discusiones de hermanos y las noches de película. Adrián corriendo sin ropa por la casa y Eric saltando en los cojines. Isabel sumida en su mundo y Falco en el suyo.

Simplemente... normal.

―¿¡Hoy ya llega Levi?!

Adrián salta emocionado en la cocina mientras Eren prepara el desayuno. Eric se acerca corriendo.

―¿Qué dices, hermano?

―¡Levi ya viene!

―¡Wua, al fin!

Eren sonríe y niega con la cabeza mientras ellos siguen parloteando entre ellos.

Levi se ha ganado el amor de mis hijos, piensa recordando su rostro.

Y no los culpa porque Levi es una excelente persona, desde el primer momento se encariñó con los gemelos. Los conoció cuando eran unos pequeños de tres años, y ahora que tienen seis realmente se han vuelto unidos.

Yo también lo extraño...

Eren también está ansioso por su llegada. Tiene tanto que decirle, tiene ganas de abrazarlo, tiene ganas de besarlo como nunca.

Las horas pasan y finalmente todos están reunidos en la entrada de la casa. Levi llega con sus maletas en mano.

Ambos gemelos corren hacia él para aferrarse a sus piernas y empezar a parlotear de lo mucho que lo extrañaron. Él solo sonríe ligeramente viéndolos.

Eren abre la boca en sorpresa, al igual que sus hijos, realmente lo había extrañado. Da un paso adelante tratando de menguar sus nervios, pasa saliva y finalmente se atreve a saludarlo. Extrañamente está nervioso.― Hola, amor.

Levi alza la mirada y lo que Eren escucha lo deja sin palabras.―Hola Eren.

Tiene la misma mirada fría que Mina le dedicó en su sueño.

Y así como lo que soñó, siente que se quema vivo bajo su mirada carente de emoción al verlo.

Sin poder evitarlo recuerda cuando llegaron de su luna de miel hace ya varios meses. Recuerda la ilusión en sus ojos, y lo coqueto de su ser.

Ahora es completamente diferente.

―Llegaste... ¿Llegaste bien?

―No tanto, tengo dolor de cabeza. ―Mira a los gemelos y acaricia sus cabecitas, solo a ellos les dedica una sonrisa, aunque pequeña.―Eric, Adrián, iré a descansar.

Los niños entienden y dejan libres sus piernas. El pelinegro vuelve a tomar sus maletas y mira a los adolescentes al lado de su esposo, quien parece inmóvil en su sitio.

―Hola.―Les saluda.

Isabel y Falco se miran mutuamente, luego giran a verlo a él.

―Hola, Levi.

―Buenas tardes, Levi.

El pelinegro camina a un lado de ellos para subir las escaleras y perderse de sus vistas. Eren ve a sus hijos y ellos lo ven a él.

Hay un ambiente extraño con Levi.

Y esa sensación extraña no acaba ahí. No fue algo del cansancio por el viaje, no. Ese ambiente incómodo se alargó hasta unos días más.

Cinco días, específicamente.

Cinco días donde cayeron en cuenta que el Levi que se fue de viaje no era el mismo que llegó a su casa. Era alguien nuevo, alguien frío, alguien que apenas te regala una mirada suave por momentos y una ligera sonrisa.

Su tono de voz ya no es cariñoso, solo conserva un gramo de calidez. Ya no canta cuando hace el aseo a la casa ni juega con Lili en el patio a carcajadas. Ya no participa como antes en sus comidas. Ya no empieza ningún tipo de contacto físico o cariñoso con ninguno de ellos; Eren es quien tiene que iniciar un beso o abrazo, y aunque no lo rechaza cuando lo toca, es como si realmente no le importara y es peor.

Inconscientemente todos en esa casa empiezan a buscar al antiguo Levi.

Empiezan a buscar un poco de cariño y atención del hombre.

Cenizas de un amor - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora