Cenizas de un amor - Ereri (adaptación)

CAPÍTULO 2

―Despierta...―Plantó un sexto beso en su rostro con la intención de despertarlo, Eren frunció el ceño y despertó de a pocos. ―Buenos días. ―Saludó a su esposo quien tenía los ojos ya abiertos.

―Hm... Buenos días. ―Una de sus manos acarició los mechones azabaches de Levi y le sonrió un poco. ― ¿Cómo amaneciste?

―De maravilla. ―Pronunció con una sonrisa formándose en aquellos labios que Jaeger tanto adora. ―Ahora que despertaste, quería preguntarte... Si yo ¿puedo darme una ducha en tu baño? ―Preguntó tímido.

Eren lo miró y parpadeó para luego negar. ―Levi, sabes que ahora todo en esta casa lo comparto contigo, no seas tímido, ¿Sí? Yo no tengo ningún problema. Ahora lo mío es tuyo. ―Habló seriamente. ― ¿Lo entiendes?

Levi asintió. ―Sí, sí, lo entiendo. ―Dejó un beso en su mejilla y se separó de su cuerpo. ―Me daré un baño, entonces. ¿No vienes?

―Quisiera dormir un poco más.

Levi se levantó de la comodidad que aquella gigantesca cama le brindaba y se escapó hasta la ducha, Eren siguiéndolo solo con la mirada.

Pronto el pelinegro estaba bajo las gotas de agua fría, calmando su cuerpo y sintiéndose bien, pero la ducha no bajaba ni un poco la gran alegría en su interior.

Levi estaba tan feliz que su sonrisa no desaparecía, sus dientes se mostraban orgullosos y sus pómulos se pintaban de un rosa muy claro, casi invisible, pero allí estaba si te acercabas lo suficiente podías apreciarlo en sus mejillas a través del agua que las bañaba.

¿Y por qué tan feliz? Fácil. Era su primer día viviendo con Eren, su amado Eren.

Le emocionaba pensar que desde ahora en adelante comerían juntos, y ya no tendría que desayunar, almorzar y cenar solo en su antiguo departamento lleno de colores fríos y lujosos muebles. Además, serían una gran familia junto a Falco, Isabel y los gemelos.

Desde ahora en adelante se enfocaría en su nueva familia y ver por su bienestar.

Por otro lado, en la habitación Eren tocó el lado de la cama vacío con las yemas de sus dedos. Perdido en el hecho de que nunca había dormido con Levi, a pesar de que ellos hayan tenido relaciones íntimas, Eren nunca se quedaba con él en la cama o con nadie. Simplemente creia que compartir sábanas y almohadas con alguien era algo muy íntimo para su gusto. Pero ahora deberá acostumbrarse al calor de Levi por las noches, y, a decir verdad, la idea no le incomodaba del todo como pensaba.

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El comedor era muy hogareño para el gusto de Levi. Estaba acostumbrado a mesas largas, sillas separadas y nada de diálogos en la mesa. Sumamente estricto.

― ¡Que sueño!

―Papá, queremos volver a dormiiiir.

Por lo que al escuchar a los gemelos quejarse por el sueño, cada uno bostezando casi a la par, pidiendo su comida y jugando con los cubiertos en su espera por el desayuno, fue algo distinto para él, Levi jamás había vivido algo parecido.

―Hambreeeeee.

―Paciencia, Adrián. ―Eren regaño desde la cocina que conectaba con el comedor. El niño pataleó. ― ¿Dónde están Isabel y Falco?

―Papá, yo estoy casi desde hace media hora. ―Rodó los ojos mientras volvía su completa atención a su celular. Levi tomó un sorbo de su vaso con agua y de casualidad conectó miradas con el adolescente, siendo escaneado un momento y luego ignorado.