—¡Pero, qué calvario con ustedes! En vista de que nadie tiene las agallas para hablarle a Athena frente a frente, lo haré yo —espetó Dohko con frialdad.

Saori tragó grueso y Seiya miraba con expectativa al Patriarca. Tenía tantas ganas de tomar la mano de Saori y sincerarse de una buena vez para callar a todos, pero por otra parte, sentía que ella no deseaba hablar sobre su relación abiertamente y tampoco quería perjudicarla o contradecirla frente al Patriarca, porque él mismo sabía que si abría la boca lo diría todo allí mismo, sin tapujos ni remordimientos. No le importaban las consecuencias, todo sería por el amor infinito que sentía por ella.

—Athena, a lo que vamos, es que esto último fue la gota que derramó el vaso —espetó Dohko— Dígame... ¿Qué pasó con usted hace una semana a las cuatro de la madrugada?

—¿Qué... pasó sobre qué? —inquirió Saori mientras sentía como su frente se perlaba de sudor.

—¿Ya vio, Patriarca? ¡Le dije que no iba a decir nada! —replicó Aioria.

Saori elevó sus manos para calmar a su terco Santo de Leo.

—Pero, ¿a qué se refieren? Yo... No tengo idea ni de lo que comí ayer, ¿cómo me preguntan eso?, por todos los cielos, deberían hablar claro —bufó con frustración y se cruzó de brazos.

El rostro de Saori se acaloró más y comenzó a soplarse con la mano, era obvio que esa madrugada ella se vio con Seiya ¿Querrían que ella confesara aunque ya lo supieran? ¿O hacia dónde iba todo ese interrogatorio que la torturaba?

—Athena, trate de hacer memoria. Usted tiene sus problemas y la comprendemos, de hecho, déjeme decirle que, usted misma fue la de la "genial" idea de que queramos más cercanos, más cordiales y amables entre nosotros, que nos preocupáramos por el bienestar de cada uno —Dohko rodó los ojos bajo su máscara—, hasta de celebrar el día de nacimiento de todos, a lo cual nos hemos hasta acostumbrado, pero estos últimos meses usted parece en las nubes, como si todo lo que nos dijo antes se hubiera esfumado y al único que vemos que pone atención total es al Santo de Sagitario, nos hemos dado cuenta de eso.

Cuando el Patriarca soltó eso último todos asintieron, totalmente de acuerdo con lo que el Patriarca Dohko decía.

—Como cuando me acerqué a preguntarle algo y me ignoró, porque Seiya tenía una duda en una reunión —afirmó Afrodita.

—O cuando tenía reunión con nosotros y se le olvidó porque Seiya se lesionó de gravedad en el entrenamiento —dijo Máscara de muerte y rodó los ojos. Pronto sintió las miradas de reprueba de todo el gremio— ¿Y ahora qué dije de malo?

—¡Oigan, basta ya! Saori siempre se preocupa por todos —intervino Seiya—. No permitiré que se le acuse de algo que no tiene fundamento, a cualquiera le pasa algo así, no podemos tener toda la atención de ella cuando quisiéramos.

—¿Ah, sí? ¿Y cuántas veces te ha ignorado a ti, eh? —cuestionó Milo con mirada desafiante.

—Bueno... este, esperen... déjenme ver. Creo que la vez... que... —Seiya carraspeó, se llevó un dedo hacia su barbilla y elevó su mirada.

Todos lo vieron con ironía y Saori se llevó una mano a la frente.

—Seiya, mejor déjame a mí, ¿sí? —musitó Saori con resignación.

—Bueno, solo quise ayudar... Lo intenté —Seiya se encogió de brazos e hizo todo su esfuerzo por no intervenir.

—Yo he tratado de ser equitativa con todos, y como bien dice el Patriarca Dohko, incentivé reuniones para que ustedes se conocieran, convivieran y entablaran amistad, e incluso fortalecieran las que ya existían —Todos la escuchaban con atención—. Lo de los cumpleaños también es muy cierto, entonces creo que les queda muy mal acusarme de todo eso que dicen.

—Entonces, ¿cómo justifican su desaparición en la importante reunión calendarizada que teníamos hace una semana? ¿Y olvidarse del cumpleaños de uno de sus Santos de Bronce? Ni siquiera fue uno de nosotros, eso sí hubiera sido imperdonable —espetó Kamus mientras se dirigía hacia el que había sido su pupilo.

Saori quedó boquiabierta ante esa revelación que todos afirmaban asintiendo y cuando volteó Seiya estaba en la misma condición. Un sentimiento de alivio repentino la invadió de pies a cabeza, el cual duró solo una fracción de segundo, porque una gran pena se apoderó de todo su ser. Debía resolver la situación a como diera lugar en ese mismo instante.

 Debía resolver la situación a como diera lugar en ese mismo instante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Continuará

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

¿Qué puedo decir? Creí que este era el final, pero aún no acaba XD

¡Espero que sea de tu agrado y gracias por leer!

Antes del amamecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora