Comprender Que Lo Nuestro Fue Accidental | Naruto hijo de Kurama y Artemisa

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— Entonces. — Dijo la niña.

— ¿Mm? — Obtuvo como respuesta del hombre en silla de ruedas.

— Me estás diciendo que los griegos existen.

— Ajá

— Y que yo soy hija de alguno de ellos ya que les encanta dejar sus genes por ahí.

— Sí... algo así. — Contestó el hombre.

— Ajá ¿Y tu esperas que me crea eso solo porque sí. — Lo creía, Naruto definitivamente lo creía. Su padre era literalmente energía pura que había tomado consciencia de sí misma, para luego adoptadose con un cuerpo físico, usando su mismo poder. Naruto definitivamente lo creía, pero no podía dejar atrás su fachada rigurosamente construida y que había estado usando por mese solo por un poco de la información que necesitaba.

Sí su poco tiempo ejerciendo como ninja en su vida pasada le había enseñado algo, era que hacerse el tonto aveces sacaba más información que pretender tener algún conocimiento básico o abansado de algo. Seguiría usando el nombre de su madre anterior, hasta conseguir la información que necesitara y se iría... O lo había si las cosas pintasen mal, lo que pasara primero. — ¿Dime que más ocupo saber? ¿No quieres decirme por casualidad que eres un hermoso pony que cree en la magia de la amistad? — Preguntó la niña, todavía metida en su papel.

— Eh... no. No soy un pony, soy un centauro. Pero ¿Qué es eso de la magia de la amistad?

"¿Qué es un centauro?" — ¿Nunca has visto My Little Pony? — Movió su cabeza consternada.

— No sé que sea eso. — "Creí que todo el mundo lo veía, era lo único que ponían en el orfanato".

— Me decepciona. — Dijo la rubia. La habitación se sumió en un silencio que consistía en una competencia de miradas entre la niña y el hombre. El silencioso no duró mucho, fue roto por el eructo de un hombre que tomaba soda mientras miraba un catálogo de lo que parecían ser vinos.

— Bueno... vamos te mostraré el lugar, con suerte y tu padre divino te reclamará pronto. — La niña se levantó, estaba esperando a que el hombre hiciera algún movimiento pero la voz del otro sujeto la hizo cambiar sus planes.

— Niña, espera a Quiron afuera, necesito hablar con él por un minuto.

— ¿Y por qué? — Respondió la rubia.

— Porque digo yo... Lárgate. — Término.

"La verdad, no tengo ganas de pelear". La niña salió de la habitación, sin dejar de hacer contacto visual con el hombro  del sillón y se quedó esperando en el porche. Al salír, notó como el cielo era de un azul celeste; por sus experiencias, sabía que todavía faltaban de tres a dos horas de luz solar. "Espeto encontrar respuestas aquí, en serio extraño a mi padre".

~•~

— Esa niña es diferente, lo sentiste ¿verdad? — Preguntó el hombre.

— Así fue ¿Cree que sea hija de uno de los tres grandes? — Cuestionó el de test morena.

— No lo sé con certeza, además está el juramento. En definitiva tiene un aura divina equiparable a la de un Dios menor, lo cual es sorprendente para su edad, pero aún así, algo en ella se siente diferente. Nuevo, joven, salvaje, libre... esto no puede ser una buena noticia para nosotras. — Dijo el Dios.

— ¿El juramento? Recuerda que hace diez meses enterramos a una hija de Zeus...¿Le dirás a cerca de esto a Zeus? — Cuestionó Quiron.