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— ¡Padre! Nesecito hablar contigo. — Exclamó Apolo entrando sorpresivamente a la oficina del templo de su padre.

— Sí Apolo, puedes pasar. — Aquel que gobernaba en el Olimpo, se encontraba leyendo cartas importantes que habían recibido en el día.

— Padre necesito hablar contigo, es importante. — Pero su padre ni siquiera sacó su vista de las cartas. — Es sobre mi Hermana. — Esclamó arrebatandole el papel de la mano, poniendolo en la mesa con un manotazo.

— ¿Qué pasa con ella? — Cuestionó, recordó vagamente que hacía tiempo su hija no le enviaba informes de la caza.

— Esta grave.

— Esplicate ¿A qué te refieres? — Cuestionó el padre, erguiendose en su silla.

— La atacaron padre... una presencia que nunca había sentido. — En la habitación, empezó a gobernar la tención. — Estaba con ella, hace dos días; la visité en la caza. Estábamos conversando cuando la sentimos, era abrumadoramente sofocante; nunca había sentido tanto poder. Su poder era excesivo, pero a la vez, no se podía medir era inestable como si se moviera en el mismo punto.

Apolo dejó de hablar por un segundo, recordando con cansancio y dolor la desesperación que había sentido en esos instantes. Luego a su memoria habían llegado los recuerdos de los últimos días en su templo, no era como si hubieran pasado muchas cosas, talvez por eso era todavía más deprimente. Los últimos dos días Artemisa se los había pasado llorando y retorciéndose, Apolo solo podía quedarse a su lado e intentar calmarla.

— Artemisa se dio cuenta de lo poderosa y peligrosa que era la presencia, así que decidió enviar a sus cazadoras lejos. — Apolo tomó otra pausa, ya que sentía un gran dolor al no haber podido hacer nada por su hermana. — Cuando la caza aún estaba recogiendo el campamento, la presencia la atacó.

El seño fruncido y la mirada fija en Apolo, le dio a entender al Dios menor que su padre tenía toda su atención en sus palabras. — No sé qué le hizo, ni como lo hizo, pero la dejó incapacitada en segundos. Está en un estado catatónico, no ha reaccionado de ninguna forma en estos dos días. No dormía, no comía, no bebía; la tengo con una sonda de ambrosía. Lo único que hacía era llorar y convulsionar, está muy mal padre. Nunca Había visto algo así.

— ¿Donde está? — Preguntó el Rey aflijido.

— En mi templo.

— ¿Por qué me lo dices hasta ahora? — Cuestionó con un deje de enojo.

— Porque hasta ahora me he atrevido a alejarme se su lado. Finalmente ha caído dormida después de dos días, el dolor no la había dejado dormir desde entonces. La única reacción que obtuve de mi hermana fueron gritos y un "Duele" cada 10 horas. — Contestó aguantando las ganas de llorar que crecían en su pecho. — No he abandonado su lado desde el incidente.

— ¿Quiénes más saben sobre esto? — Cuestionó seriamente Zeus.

— Solo las cazadoras, que estaban en el lugar. Ahora están en el campamento mestizo, les di la orden de no decirle nada a nadie.

— Bien eso es bueno.

— ¿Qué planes hacer, Padre?

— Primero quiero ver a tu hermana, después veré que hago... No le cuentes de esto a nadie más de esto, quédate al lado de Artemisa hasta que ella se recupere.

~•~

Las cazadoras finalmente llegaron a la cabaña, resultaba ser que como estaban en el campamento caían bajo la jurisdicción de Quiron y el las obligaba a realizar actividades; como el resto de los campistas. Para las chicas esto era tedioso, por decir lo menos. Estaban acostumbradas a una vida nómada y en aislamiento, no solían quedarse en el mismo sitio más de dos día y nunca tenían más compañía que las suyas propias. Ahora debían interactuar con gente ajena a la caza y quedarse en el lugar hasta quien sabe cuando, no faltaba decir que a las cazadoras no les hacía ni la menor de las gracias.

Zoe se quitó las botas y las dejó bajo la cama, gracias a Zeus hoy la caza tenía todo el día libre hasta la cena. Se recostó, pero tuvo que levantarse al escuchar el crujir del papel siendo arrugado. Se levantó y miró a su almohada, de donde venía el sonido. ¡Una carta!

— ¡Cazadoras! — Exclamó la teniente, el resto chicas voltearon a su llamado. Ella levantó la carta y con una seña llamó para que las demás se acercaran.

— ¿Son noticias de nuestra dama? — Preguntó Phoebe.

— Eso creo. — Contestó.

— Leela entonces. — Pidió Samantha, una rubia que antes había sido una ninfa del aire.

— Dice: Monte Olimpo, 14 de octubre. Templo de Apolo.

Estimadas cazadoras, me temo informarles que las mejoras de Artemisa son casi nulas. Después de dos días seguidos en observación y cuidados intensivos; ha caído en sueño, cosa que anteriormente no podía debido al gran dolor que la achacaba. No digo que mi hermana no presente mejoras, las presenta, solo que son muy lentas. Lamento enviar información hasta ahora, pero la condición delicada de mi hermana me ha mantenido a su lado desde el ataque. Si el estado de Artemisa cambia serán informadas, manténganse en el campamento hasta nuevo aviso, recuerden no hablar de la situación de mi hermana, ni siquiera Los Dioses sabemos de que se trata, temo que corra le desinformación y peor aún; que alguien intente atacar a mi hermana o alguno de sus dominios en su deplorable estado, ya que ella no podría defenderse o defenderlos... incluyendolas.

Firma:
Apolo.

Esto sin duda desalentó a la caza, esperaban que su señora ya estuviera recuperada, pero parecía ser que está cituación duraría rato.

~•~

— ¡Por aquí el olor es más fuerte! — Gritó el cachorro después de oler unos matorrales.

— Significa que vamos por buen camino ¿Ya reconociste el olor?

— ¿Tenía qué?

— Es algo que has comido antes, debes de recordar esos olores, empieza a recordarlos con cada cosa nueva que te traiga; así sabrás qué se come y qué no, sirve especialmente con las bayas.

— Pero tu siempre las traes ¿Cual es el sentido de que yo aprenda los olores si tu siempre eres quien trae la comodida?

— Porque puede haber el día donde no esté cerca tuyo para traerte comida. Además; un animal que no sabe cazar... está condenado a la muerte.

El cachorro asintió con su cabeza. — Entendido.

— Bien, ahora sigue rastreando.


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Por si no les había quedado claro, Kurama le enseña a Naruto como rastrear y cazar, todo desde un punto de vista animal.

(26/07/2022    2:37 p.m.   1079 palabras)

Comprender Que Lo Nuestro Fue Accidental | Naruto hijo de Kurama y Artemisa Место, где живут истории. Откройте их для себя