Capítulo 3: Descenso a la oscuridad y ascenso a la motivación.

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Al igual como el mundo se apagó, la luz de un nuevo mañana llego a mí.

Abrí los ojos, me sentía como si me despertara de un sueño, pero no fue así, todo fue real.

Me encontraba acostada en una cama que no era mía, en una habitación tan diferente a la mía, un poco vieja, pero con un encanto único que me traía algo de nostalgia. Me sentía agotada y no despegaba mi mirada del techo, rápidamente coloqué mi mano sobre mi pecho y empezó a sentir los latidos de mi corazón.

Todo estaba bien, no me encontraba acelerada, los latidos iban normales o bueno, lo normal para mí en la condición que me encontraba.

Decidí despegar mi mirada de un punto fijo y empece a revisar la habitación, en efecto, era algo vieja. Se nota que estaba cuidada, pero aun así, se sentía que estuvo un tiempo abandonada.

Me encontraba sola, en la mesita que estaba a mi lado había un vaso y algo de agua, mis pastillas y mi Pokerelog.

Coloque mi mano sobre mi frente, acariciando un poco mi cabeza, pasando por mi cabello y llegando a mi cuello, pensando que ocurrió. Sabía que me sentía agotada, la rueda de prensa fue algo duro para mí, me sentía nerviosa y que mi corazón no paraba de latir fuertemente, pero lo logre, llegamos a la guardería y me sentí en paz con el entorno, pero cuando me di cuenta, el mundo se apagó ante mí.

La voz de mi hermana gritando mi nombre, la silueta de Gardevoir que no podía creer lo que pasaba, como aquella vez en Galar, fue lo último que vi en el momento que me "apague".

Tome aire y suspire, me dije en voz baja y para mi misma. "Volvió a suceder", cerré mis puños y golpeé con fuerza la cama, mientras gritaba "¡¡Maldición!!".

Nuevamente, me acosté, me sentía como una inútil, una maldita basura que no tiene valor, que solo sirve para desmayarse cuando las cosas van bien, primero en Galar, ahora luego de haber hecho un gran anuncio.

¿Qué clase de líder se desmaya a la mínima cantidad de presión?

me pregunté y sin poder evitarlo, del enojo que sentía hacia misma, empece a llorar.

Limpie mis lágrimas, pero no paraban de salir más y más, no podía evitar sentirme peor y sentir que soy una inútil, una basura, una escoria. Algo que no tiene el valor que otros creen que tiene, un ser humano que perdió todo aquello que lo hacía especial y ahora con suerte puede soportar algo de peso en sus hombros, pero siempre caería, siempre estaría en el suelo.

Todo ese avance que sentía que había logrado, ahora me siento que empiezo otra vez.

La puerta de la habitación se abría, voltee a ver quien era y vi a Gardevoir entrar con una bandeja que llevaba un plato con fruta, al ver que me encontraba despierta, ella sonrió, pero esa sonrisa desapareció al notar que me encontraba llorando, la observe fijamente, sonreí y le dije con un tono de voz apagado — Hola grandota... Sucedió otra vez. — ella dejó la bandeja en la mesa de noche y luego me abrazo, sin poder evitarlo, me acurrucó en su pecho y empezó a llorar aún más fuerte, mientras ella acariciaba mi cabeza y trataba de tranquilizarme.

Algo que debo reconocer y aunque me cueste lo sé, todo este asunto de los problemas del corazón me genero una fuerte depresión, bueno, no sé si llamarlo a si, pero son sentimientos negativos que me consumían cada vez que sucedía algo que estaba relacionado con mi condición, cada vez que mi cuerpo no podía hacer algo que antes si, cada vez que llegaba a mis límites a gran velocidad y mi cuerpo no podía dar más, cada vez que mi corazón se aceleraba un poco y un fuerte dolor me consumía. Pensamientos negativos llegaban a mi cabeza consumiéndola en una fuerte ráfaga de dolor que inevitablemente provocaba que lágrimas emergieran de mis ojos, recuerdos de cuando podía hacer cosas, recuerdos de aquellas aventuras que realice por diferentes regiones, ya no se sentían como algo bonito, sino como una especie de mal chiste o burla hacia mi condición actual.

Pokémon Braveheart.Where stories live. Discover now