Capitulo 16

89.6K 6.5K 195
                                    

Cassandra se queda conmigo hasta que termina mi hora de trabajo, momento en el que Eslay se presenta ante nosotras con una impecable rompa, diferente a la que tenía puesta por la mañana. Sin embargo, esta vez su cambio de vestuario no es lo que llama mi atención, sino el hecho de que dejó a Cassie estar conmigo más de las tres horas que nos advirtió. No digo nada a respecto, habiendo disfrutado realmente mi día con ella; todo pasó demasiado rápido para mí, así que tal vez resultó de la misma manera para Eslay.

Él solo se queda afirmado a la barandilla de las escaleras mientras me despido de mi amiga, y solo cierro la puerta al ver cómo es escoltada hacia la salida, dándoles una mala cara a los guardias que la flanquean. Cierro la puerta con un suspiro y termino afirmándome en ella, dándole una mirada a Eslay, por primera vez sonriendo para él.

—¿Te divertiste? —Descruza sus brazos y mantiene su expresión molesta. Claramente no le agrada Cassie, y en su posición puedo entender porqué, pero no es asunto mío, ni su obligación, que las personas de mi entorno le agraden.

—Por supuesto. —Me doy un pequeño impulso para despegarme de la puerta, y termino acercándome a él para rodear su cuello con mis brazos—. Gra…

—Hoy no, Queen —me interrumpe, alejando mis manos de él y seguidamente alejándose por completo de mí—. Me duele la cabeza, no estoy de humor.

Suelto un sonido exclamatorio, sorprendida. De verdad no me esperaba que terminara alejándome de esa manera, pero está bien… Si marca los límites, entonces yo también comenzaré a hacerlo.

—Oh, de acuerdo.

—Y sobre la ecografía…

—No hace falta que estés allí. —Antes de que diga cualquier otra cosa, termino interrumpiéndolo. No sé realmente porqué, solo quería marcar un límite y eso es lo único que se me ocurrió; ¿acaso estoy herida? —. Así que no pienses mucho sobre ello. —Aprovechando que se alejó, comienzo a subir las escaleras.

—Estaré allí.

Sujeta mi muñeca con fuerza casi al mismo tiempo que dice aquello; volteo e intento zafarme, pero eso solo hace que me sujete con más fuerza, lo cual hace que comience a doler. Hago una leve mueca de dolor y cuento hasta cinco en mi mente antes de decirle:

—Más te vale soltarme en este momento, o romperé tu nariz, para luego ir por tus pelotas, ¿lo entiendes?

Entonces me suelta y pasa una mano por su rostro, consternado—. Lo que quería decirte es que ya saqué un turno para que un médico de confianza te atienda. Es todo.

¿Un gineco-obstetra… médico de confianza? ¿Qué?

—Gracias, pero ya tengo una doctora.

—No me gusta, por eso mismo la cambié —responde con total normalidad.

Elevo mis cejas y me cruzo de brazos—. Disculpa, ¿qué? No te tiene que agradar a ti, me tiene que agradar a mí. Yo soy la que va a estar lidiando con esa persona.

—Ya dije que es de confianza.

—¡Eslay, no me importa! —termino gritando—. Debiste, al menos, consultarme.

—Es mi bebé. —Su mandíbula se aprieta, y puedo ver que sus puños también—. No voy a dudar en darle lo mejor, ¿entiendes? —No es una pregunta que espere respuesta, pero para este punto estoy molesta.

—¡Nuestro, Eslay! ¡Nuestro bebé! —lo corrijo—. No soy una incubadora, no solo llevo a tu bebé, es mío también. —Gritar no fue una muy buena idea, ya que aquél dolor de cabeza vuelve, y la punzada en vientre aún más dolorosa que cuando estaba con Cassie.

Por un instante me siento mareada y con ganas de vomitar, pero lo supero rápidamente. Sin embargo, mi humor decae por completo.

—No me importa —dice en un tono grosero, haciendo que su acento se marque, y termino mirándolo incrédula—. Lo único que me importa es el bebé.

Me quedo en silencio durante un largo instante, sintiéndome entre asqueada y decepcionada. Cierro mis ojos y niego, dejando que mis brazos caigan a mis costados.

—Jódete, Eslay.

—Jódete también, River. —Y entonces, después de esas palabras, da media vuelta y termina saliendo de la mansión, furioso.

Me deja completamente sola, pero no me importa. Estoy segura de que si seguía frente a mí terminaría golpeándolo o algo parecido. Llevo una mano a mi pecho y con la otra me sujeto de la barandilla de la escalera mientras cierro los ojos, tratando de tranquilizar los fuertes latidos de mi corazón.

Cuando vuelvo a abrir mis ojos, un fuerte mareo me golpea haciéndome sujetar con firmeza de la barandilla. Aclaro mi garganta, sintiendo un pequeño nudo atorado justo en el medio, y termino subiendo las escaleras hasta mi habitación. No tengo ganas de llorar, solo quiero gritar, pero no me siento lo suficientemente bien como para hacerlo.

Es como si mi mente estuviera cansada, y la boca de mi estómago cosquillea dándome una sensación parecida a querer vomitar. Mis sentidos se nublan por instantes, y de pronto siento como si comenzara a sudar frío. Tal vez sería una buena idea el recostarme un poco.

No obstante, apenas doy unos pocos pasos hacia la cama cuando termino cayendo sin fuerzas en el piso, mientras todo simplemente comienza a desvanecerse a mi alrededor. Y lo último que siendo, es un fuerte dolor en mi vientre.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora