🔪 Capítulo 52💌

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—Siempre te amaré, Ayano. Ya no me importa a quién mates, solo me importas tú. Puedes matarme si quieres, pero siempre te seguiré amando.

—Está mal eso, ¿lo sabes?

—Quiero pensar que no cometo un error contigo.

—Lo estás haciendo, Budo.

—Entonces, es el error más precioso que he cometido en mi vida —al joven se le quiebra la voz, mira a Ayano y sus ojos brillan, la luna está brillando. El sol le está dando luz a la luna.

—Budo, si no es en esta vida, prometo que en la próxima, lo nuestro no será un error. Será lo que es; un amor puro y con raíces.

—Espero que cumplas la promesa, Aya-chan.

La joven suspira, mira al cielo mientras sonríe, una sonrisa casi inocente, pero que no era ni un poco inocente. Mira su celular, su ceño se frunce pero pronto se relaja.

—¿Me puedes esperar aquí? —pregunta ella.

—Está bien —contesta, con tranquilidad—. ¿Qué vas a hacer?

—Si voy a irme de aquí, quiero hacer algo antes de dejar esta ciudad.

—Está bien —repite Budo—. Te espero aquí.

—Ya regreso —Ayano se inclina y le proporciona un corto beso en sus suaves labios.

(...)

Camina. El ruido de sus zapatos hace eco en todo el pasillo. La oscuridad penetra profundamente, la luz apenas se filtra por las ventanas cristalinas. Las miles de aulas del instituto se encuentran en pleno silencio.
Pronto, la puerta de la azotea se abre. Su kimono rojo se balancea con la brisa que corre. La luz de la luna choca con su cabello azabache.
Camina, despreocupada, siente el frío en su cara. Relaja sus facciones, sonríe ampliamente, disfruta del hermoso cosquilleo. Siente el placer por esa adrenalina.

La ve, ve su cabello largo. Ella está mirando hacia abajo. Tiene sus brazos recostados en la baranda.
Se acerca, despacio. Queda detrás de ella. Acaricia con malicia ese cabello naranja que una vez odió tanto.

—Raibaru murió por tu culpa.

La de orbes naranjas se voltea, la mira con asombro.

—¿Qué…? ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Creías que ir con la policía iba a ser la solución?

—Eres una…

—Raibaru murió por tu culpa. Ella era tan inocente, no tenía nada que ver conmigo. Sin embargo, tú la metiste en esto. Raibaru murió por tu culpa.

—Para… para ya.

—¿Que pare? Fuiste tú quien mató a Raibaru. Tú la metiste en ese bucle. Pobrecita, ojalá esté descansando en paz. Ojalá no recuerde al monstruo que la mató.

—Te dije… que pares —sus manos se aferraban a sus oídos, queriendo no escuchar lo que Ayano le decía.

—Osana Najimi, la asesina de Raibaru Femetsu, su mejor amiga. Qué trágico, ¿no te parece? —la azabache sonríe con superioridad—. Osana Najimi, la que mató a Raibaru Femetsu por meterla en asuntos que no le pertenecían. ¿No te parece que fuiste la peor amiga?

—¡PARA! ¡YA PARA POR FAVOR!

Osana derramaba lágrimas incontrolables, sentía desesperación.

—Una escoria como tú, que fue capaz de ser la peor amiga, no merece vivir.

El fuerte llanto resonó por unos segundos.

—Dime, Osana, Raibaru murió por tu culpa, ya no está aquí, ¿crees que mereces vivir?

—N-no…

—Entonces, ¿qué esperas para morir por ella?

Silencio. Todo se calmó. Por un instante.

Perdón Raibaru. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón Raibaru. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón Raibaru. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón Raibaru, moriré por ti.

—AAAAHHHHHHHHHHAAAA.





A New Senpai (Budo x Ayano) [Finalizada]Where stories live. Discover now