🔪 Capítulo 39💌

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Budo quedó unos minutos en silencio.

—Sé que quieres venir.

—Está bien, tú ganas.

Al cabo de unos segundos,el timbre del almuerzo sonó.

—¿Debería ir a buscar tu comida? —preguntó Ayano.

—No hace falta, yo puedo ir.

—No. Iré yo. Tú te quedas aquí —habló pausadamente con un claro tono amenazante.

—Está bien… Solo no revises mis cosas personales, el almuerzo está en el bolsillo de adentro.

—No haría tal cosa. Ahora vuelvo —salió de la enfermería y se encaminó hacia la clase 3-2.

El pasillo estaba lleno de estudiantes, probablemente compartiendo los resultados de sus notas o simplemente haciendo nada más que estorbar a quienes debían pasar. Entre multitudes, Ayano ingresó al salón destinado.

—¡Idiota! —fue lo primero que escuchó al entrar. Esa voz la reconocería a kilómetros. Su mala suerte estaba de su lado en ese momento.

Ambos mirares de los únicos presentes en aquel salón hasta el momento,se dirigieron a la joven pelinegra que mantenía una expresión seria con total disgusto por dónde fue a caer. Maldijo internamente el haber venido a buscar el almuerzo para luego inclinarse a modo de respeto y disculpa.

—Perdón por interrumpirlos, solo vine a buscarle algo a uno de mis amigos —se acercó al pupitre de Budo que conocía a la perfección gracias al haber pasado varias veces por el salón. Se agachó mientras buscaba en el bolsillo interno del bolso aquel bento para el pelinegro.

—Ese es el pupitre de Budo. ¿Dónde está él? —preguntó Taro mientras se acercaba un poco a Ayano.

—En la enfermería. Me ofrecí a llevarle su almuerzo —respondió cortante, incómoda situación.

—Oh, ¿tenía fiebre?

—Así es.

—Dile que se recupere pronto.

—Le diré tu recado Yamada-san —volvió a lo suyo y sacó el bento,y sin querer una hoja doblada a la mitad que se podía ver claramente que estaba dibujada. Con la leve brisa que sopló desde la ventana, logró abrir completamente el papel revelando el rostro exacto de Ayano.

—Masuta debe tener una gran fascinación por ti para llegar a dibujarte —habló Osana, mirando con disgusto el dibujo.

—Es cierto, Aishi-san. ¿No crees que Budo puede estar enamorado de ti? —cuestionó Taro.

Ayano se quedó mirando fijamente el dibujo en el piso, se acercó segundos después y lo levantó.

—Nos vemos —fue lo último que dijo antes de desaparecer del aula con el bento y el dibujo en sus manos.

Tenía 3 preguntas que hacían que su mente se volviera loca.

Número 1: Osana estaba en la institución, cuando debería estar suspendida.

Número 2: ¿Por qué Budo dibujaba su rostro?

Número 3: ¿Budo estaba interesado en ella?

Llegó hasta la enfermería y abrió la puerta, se dirigió a donde estaban las camillas encontrando a Budo mirando hacia la nada, temblando y con sus mejillas rojas.

Iba a reclamar sobre su dibujo, pero verlo tan indefenso… Sentía que podía morir de ternura.

—¿No que muy fuerte, Masuta?

A New Senpai (Budo x Ayano) [Finalizada]Where stories live. Discover now